La Vaca. 10/05/1974

Ni bien comenzamos el 5º y último año de nuestro ciclo secundario, ya habíamos logrado una reputación importante; no era algo bueno, pero para el despertar militante en los años 70, era todo un record en el pueblo. Según contaban algunos profesores, alumnos complicados e irrespetuosos, siempre hubo!; pero casi siempre, era solo una oveja negra en todo el rebaño; en nuestro grupo, bajo la dirigencia de un par, éramos 12 carneros oscuros que se trasladaban al unísono y corporativamente!.
Sin saber, ni leer algún libro de política social, habíamos probado la fuerza que nos regalaba la unión; la arrolladora pasión que despierta el unirse con tus pares, por un deseo en común; de contar con un buen asesoramiento, tal vez nos recordarían por buenos actos!, pero todo fue por el camino de la anarquía: capacidad de gobernarse a sí mismo y organizarse para evitar el poder represivo.
Nos íbamos superando día a día, sin piedad ni contemplaciones, arrastrando incluso a nuestras compañeras, en nuestro alocado derrotero estudiantil. Esa tarde invierno, debido a la provocación constante ejercida a la profesora de Historia, entro al salón de clases, tirando la fatídica orden:
_Saquen una hoja!.
Para la mayoría que nunca estudiaba, era la misma sensación del gran jurado leyendo la sentencia: “se lo encuentra culpable”; para los que cumplíamos los deberes, no era para nada grave, pero significaba la orden de largada, a boicotear la prueba que irremediablemente afectaría a gran parte del grupo. En el profundo silencio, alguien arrastró los pies, llamando la atención de la profesora; esa era la primer señal: le molesta!, a los pocos minutos vuelve a repetir el sonido de arrastre y enérgicamente dice:
_Pueden dejar de molestar con esos ruidos!.
Ya prestaba atención a los varones de siempre y nadie se atrevió a intentar maniobra. De reojo veía al Negro no poder contener la risa y hago la típica seña “que te pasa?”; me muestra su hoja en blanco y mueve la mano en forma plana de izquierda a derecha, que sabemos significa nada, cero, ni mu, ni puta palabra había escrito!.
En ese ambiente era imposible ayudarlo, ya que era el centro de sospechas siempre, nada que se moviera cerca de él pasaría inadvertido al acecho de los profesores.
Pero algo nos tomó por sorpresa!; sonaba parecido al final del mantra “om” en yoga, o un bocaquiusa del canto vocal; era difícil identificar al emisor, pero la profesora se movió ligeramente a la parte donde estaba sentado El Cacho, sospechando de él y se detuvo el sonido; al instante sigue otro a mi derecha y sé que es El Negro; ya había encontrado el eje del mal, ponía cara de asombro como si no supiera que pasaba, pero seguía emitiendo el mismo sonido.
Ya molesta viene para nuestro costado, el se detiene y sigue otro más adelante con el mismo ruido, y sé fehacientemente que es El Gato; ya sin mediar comunicación alguna, nos turnábamos por sectores a medida se desplazaba la profesora!. Habíamos encontrado otro elemento de tortura, sin premeditación, sin cálculos, ni doctrinas y eso nos llenaba de vida!; aunque suene terrible, la falta de respeto a la autoridad, era nuestra batalla, nuestra provocación de rebeldes sin causa!.
No soportó demasiados minutos, nos gritó señalando la puerta:
_Los varones se retiran inmediatamente del aula!.
Sin dudar un segundo, los 12 nos levantamos, salimos muy ordenados por la puerta, más rápido que en un simulacro de incendio. Ni bien tomamos distancia del aula, fue una sola carcajada!; nos abrazábamos cómplices, objetivo logrado, estaba abortada la prueba; cuando nos calmamos surgió la pregunta:
_Quien empezó?.
El Cacho sonriente hizo solo un gesto de “fui yo”; todos asentimos acordando, que solo a él se le podría ocurrir semejante provocación.
Por unanimidad quedó bautizada como “la vaca” y no hubo profesor que no lo sufriera. Algunos llegaron a pedir reemplazo; otros, según nos contaron varios años después, llegaban a la sala de profesores llorando por la impotencia al no poder aleccionarnos. Hubo días que de tanto soportar la vaca, llegábamos al fin del día, con un terrible dolor de cabeza!; aunque sospechaban de todos los varones, nunca pudieron probar quien era, ya que los más avezados perturbadores lograban técnicas similares a los ventrílocuos, emitiendo sin parar el sonido, aun masticando chicle, comiéndose las uñas, acomodándose el pelo o simulando leer el pizarrón; el único que se auto delataba entre nosotros, era El Chochi, por su piel blanca al hacer cualquier esfuerzo, su rostro se tornaba de un color morado importante y ya sabíamos que era por culpa de “la vaca”.
Nunca más volví a experimentar tanta satisfacción por hacer daño!, la vida me fue direccionando por otra óptica; pero la libertad de vivir en anarquía, siguió siendo mi utopía, mi forma de vida!. Cuando un sistema ingrato te presiona, sea cual sea y no tienes posibilidad de enfrentarlo sin perder demasiado; la única herramienta digna fue, es y será, la Anarquía; lograrlo en manada, para mí, es la gloria de todo ser humano de a pie.

El Asado. 08/11/1974.

Nos faltaba poco para terminar el ciclo secundario, fueron días de locura inolvidables!; había momentos en que no reconocía a mis compañeros de toda la vida, algunos portaban locura desde niños!, pero otros que como yo éramos los tímidos del grupo, nos mimetizamos al punto del asombro; también se integraban algunas compañeras que por sumarse a los eventos, perdían la imagen de estudiantes responsables. Toda idea alocada, por mas terrorífica que fuera,enseguida prendía en el grupo de varones; casi siempre partían de nuestro líder nato, El Bicho y comenzaba con una pregunta. _Si hacemos un asado?. Los ojos de El Negro, su mano derecha, se iluminaban al instante; siempre calculando el golpe anarquista que provocaría, se reía como Patan tapándose la boca. _Dale, yo traigo la parrilla y el carbón. Dijo El Negro. _Yo lo hago. Dijo El Gato, un piromaníaco histórico; se pasaba el santo día jugando con un encendedor “Carusita”, esos cargados con bencina y ya contaba con importantes accidentes con fuego en su haber. _Yo compro la carne. Sumó El Pato. Ya como nadie mas se sumaba, El Negro empezó a repartir los cargos a los que estábamos presentes. _Vos Paco comprá el Pan y traé la guitarra. _Vos Cachito comprá el vino. Ahí fue cuando todos miramos asombrados y Cachito preguntó: _Vino?; vos estás muy loco Negro!; nos van a echar a la mierda a todos boludo. _Pero no cagón!, nadie se tiene que enterar; venimos temprano, lo comemos y guardamos todo, quien se va a enterar?. A simple vista, parecía coherente lo que proponía, quien se podría enterar?; claro, era importante no contárselo a todo el mundo!; pero que gracia tiene la provocación, si no se entera nadie?. Dos horas antes del horario de entrada, ya nos ubicamos en la parte trasera del colegio y comenzamos los preparativos; a medida pasaban los minutos, veíamos llegar muchos mas compañeros de los que habíamos organizado semejante evento!. No contábamos que la idea, había causado mucha intriga en el resto del grupo; por lo cual, algunos de ellos venían solo a corroborar si era cierto!, y de paso se quedaban; hasta se sumaron estudiantes de 4to. Año, que se enteraron del acontecimiento. El Negro, ya evaluando la cantidad, tiró la inquietud: _Che!, no va alcanzar el morfi; y yo no comí nada antes de venir!.
_Yo tampoco boludo!; bueno, comemos un cacho cada uno y listo, no te vas a morir de hambre, gordo!. Le retrucó Cachito; eran dos personajes admirables, vivían provocándose todo el día; El Negro, asumido “peronista”, lo acusaba a Cachito de gorilón; la respuesta era siempre la misma: vos vago de mierda querés vivir de arriba sin laburar!. Pero a la hora de perpetrar algo dañino, con solo mirarse se ponían de acuerdo y sincronizaban a la perfección. _Vos Paco, cuanto pan compraste?. _Un kilo!, que sabía que iban a venir tantos!. A lo que me respondió con sorna: _Bueno, vos Paco no comes pan por haber comprado poco!. Lo tomé, como de quien venía, pero al rato haciendo mi propia evaluación, vi que era complicado el tema; si bien no era de comer mucho, tampoco había probado bocado alguno, y ya mi estómago se venía quejando!. Así que cuando todos miraban como chirriaba el asado, guardé una tira de pan en el estuche de mi guitarra!. Todo estaba bajo control, algunos ya estaban tomando vino, El Negro comenzó a insistir que saque la guitarra y como no le di bola, pues le decía que lo haría después de comer, fue sin que lo viera, a sacar mi guitarra de la funda!. Fue cuando empezó a los gritos: _Ah, mirá el ratón de Paco!, se encanutó una tira de pan!, que hijodeputaaaa. Desde ese momento quedé manchado!; casi como maldición de brujas!; no solo quedó como anécdota del grupo, traspasó varias generaciones llegando a ser conocida hasta por mis nietos!; fue contada en casi todo el pueblo y hasta el día de hoy, después de casi 45 años, algunos de mis compañeros solo recuerdan ese gesto egoísta de mi parte. La gastada fue magnifica, obvio que no pude comer pan, pero acostumbrado a mi suerte, seguí ejecutando todas las canciones de Vox Dei que sabía; apenas logré un trozo de asado y un trago de vino, que el Negro, como quien pinta dádivas a un preso, me trajo gastándome con un: _Es lo que te toca por ratón!. Por unos minutos reinó la calma, hasta que se terminó el vino y asado; luego varios del grupo, demasiados alegres para ingresar al horario escolar, sumaban entretenimientos para pasar los minutos; terminando en una alocada competencia medieval, similar a las “justas” entre caballeros, donde los caballos fueron reemplazados por bicicletas y las lanzas por cuchillos tramontina!.
Por suerte nadie terminó lastimado, pero hubo algunos instantes, en los que realmente supliqué por la integridad física de mis compañeros!; la mental, ya era irrecuperable.

Sol y Luna. 15/09/1973

Desde nuestra niñez, cuando ya veía a mis compañeras de curso desarrollarse físicamente, siempre tuve predilección por dos de ellas; disfrutaba solo mirarlas, obvio que yo para ellas era invisible, inexistente!; pero no importaba, a esa edad es fácil soñar y solo duele cuando te despiertan a los gritos o golpes. Imaginaba historias, cuentos, donde siempre eran participantes de lujo; cumplían totalmente el ideal físico de mis predilecciones, flacas, alegres, hiperactivas; Sol era rubia, Luna de cabello negro, muy amigas e iban juntas todo el santo día!; era casi imposible no encontrarlas juntas; se sentaban una detrás de la otra, formaban fila en el mismo orden, lo que hacía mucho más fácil contemplarlas disimuladamente y bajar la mirada rápidamente cuando por casualidad una de ellas dirigía la mirada hacia mi ubicación!; algo que aún recuerdo, era su rutina de juego en recreos o formando fila: boxeaban como dos gatas, sin pegarse, pero desarrollando una danza divertida que me entretenía varios minutos.
Siempre mi timidez extrema me mantuvo a distancia prudencial de ellas; contradictoriamente soñaba que mi destino provocara la coincidencia de tiempo y espacio, en algún baile de fiestas patrias, participación de las fiestas de fin de curso, donde por obligación me ubicaría a poca distancia de ellas; nunca se dio, eran épocas donde los niños jugábamos juegos masculinos y las niñas, femeninos; hasta era raro compartir el mismo espacio, que no fuera el salón de actos o de dictado de clases. Una sola vez, ya terminando el ciclo de escuela primaria, para emular un concurso de baile, Sol preguntó:
 _Paco, vos sabés bailar?.
Obvio, que ni sonido me salió, solo atiné el clásico movimiento de cabeza como negativa!.
_Ah!, no digas que no sabes; vení que yo te enseño.
No sé como sobreviví al shock!, por unos minutos bailamos o mas bien caminé tan cerca, que podía sentir su respiración; fue tocar el cielo, caminar sobre nubes, acariciar un alma!. Duró poco, ya que aburrida de bailar con un niño petrificado le dijo a otra compañera:
_Seguí vos Sele.
Me reputié solo por varias horas; no podía ser mas idiota, la oportunidad de mi vida y no pude articular una sola palabra!. Lo único positivo fue el recuerdo de su perfume, la tibieza de sus manos, que me acompañaron por varias semanas encerrado en el baño de mi casa, para desagotar toda mi libido!; de lo contrario, hubiese reventado.
Al año siguiente, comenzamos el ciclo secundario y solo seguí contemplando a Luna; Sol fue a otro colegio y no frecuentábamos los mismos espacios sociales, así que solo era mi aflicción platónica en recreos y fiestas escolares, ni siquiera nos sentábamos cerca en el salón de clases!.
Otro de los encuentros cercanos fue con Luna, por sorteo formábamos parte del mismo equipo de investigación en un trabajo colectivo y fui hasta su casa para coordinar parte del mismo; a llegar me recibe un hermano mayor, esos locos de la guerra bien locos que nunca estuvieron en combate, pero son igual de locos, que no tuvo mejor idea que jugarme una broma, gritando a su madre:
_Mami, vino el novio de Luna!.
Que me tragara la tierra en ese preciso instante, era lo mínimo e indispensable; no podía respirar y mucho menos articular palabra alguna, para negar tal afirmación pública; era inconcebible, porqué a mi?; por suerte duró poco la tortura, Luna ya rondando en romances, salió intrigada antes que su madre y a las carcajadas dijo:
_Nooooo, es Paco un compañero de la escuela!.
Recién ahí pude tragar saliva y pasamos al trabajo de investigación; igual creo que se notaba demasiado toda mi ropa transpirada, ya que cada tanto al mirarnos, no podía dejar de reírse!.
Luego fueron años, donde el aprender fue completo, no solo estudio comercial, también algo mas importante en mi vida: integrarme a un grupo normal de adolescentes!. Ya dominaba algo de guitarra, fui perdiendo muy lentamente mi torpe timidez, con mi hermano participábamos cantando en todos los actos escolares; los escenarios improvisados me soltaron bastante y practicaba oratorias de contenido social; leía todo lo que cayera en mis manos, copiando mucho al expresar ideas a mis nuevos ídolos, los cantantes de rock nacional. Pero no fue nada fácil, por esos sortilegios de convivencia, mi gran timidez se fue asociando a una supuesta carga de afeminado!; mis compañeros y amigos de la infancia, lo fueron naturalizando a mis espaldas y sin darme cuenta pasé a la fama en un entorno muy pequeño, pero bastante dañino para mis normales deseos heterosexuales.
Dentro de todas las militancias de esa época, se nos ocurrió formar un grupo de estudiantes; como para darle credibilidad organizativa, el Bicho tiró la idea de convocar a las chicas; todos reaccionamos al instante cuando el tiró el nombre de una estudiante de 1º año!, su “Adquisición”; esa era la idea, a nuestra edad no podría ser por otros motivos; casi por instinto fui el que apuntó a Luna, y me quedaron mirando raro!, no teníamos posibilidad alguna con nuestras compañeras de año; la mayoría de ellas ya lucían novios oficiales, pero sacando un as de mi manga justifiqué:
_Eh loco!, si no convocamos a mujeres de nuestro curso, va a ser muy evidente.
Así fue como en un par de recreos, encerrados en el salón de 4º año prácticamente tomado por alumnos, elaboramos la base de lo que sería la primera Organización de Estudiantes Secundarios en Bigand!. Convocamos a los designados y nos reíamos mirándonos cómplices, eran mas mujeres que varones; nos reunimos en nuestro bastión tomado y nos explayamos en loables actividades que deberíamos agendar para la Organización!.
Nos fuimos tanto de mambo, que las chicas de primero llegaron tarde a su salón y se pudrió todo; cuando apareció la portera nombrándonos para presentarnos a Dirección, sabíamos que nada bueno nos caería encima!; pero no teníamos otra opción: desertar de la escuela en un pueblo de 5.000 habitantes, era casi ridículo; afrontar las consecuencias con la conciencia limpia y con las excusas pertinentes, no podría ser tan grave!. Lo que no tuvimos en cuenta, era que por las grandes ciudades ya alumnos de ciclo secundario tomaban colegios como medidas de fuerza por reclamos estructurales. No fue fácil convencer a la Directora, que solo habíamos propuesto un grupo de ayuda escolar; tampoco podíamos mencionar el fin encubierto de los fundadores!. Casi lloramos de risa contenida, cuando nos sugirió posibles nombres para estos grupos de apoyo escolar, como: El Club de los Niños Pintores.
Salimos indemnes de aquel citatorio, jurando fehacientemente que no pensábamos tomar el Colegio y riéndonos a carcajadas a prudencial distancia de la Dirección. Fueron varias reuniones de organización, donde con la excusa perfecta siempre me ubicaba cerca de mi Diosa pagana, dándome aires de orador superado. Ni demasiado cerca para delatarme, ni tan lejos como para no disfrutar de su perfume; solo que un trágico día en su afán de preguntarme por un chisme, se me acercó a tan solo centímetros de mi rostro!; luego de superar el golpe emotivo, tratando de hacerme el gracioso le comenté:
_Por favor Luna, no te me acerques tanto!.
Mirándome sorprendida me pregunta:
_Pero, es verdad que sos tan tímido?.
En mi vida había reaccionado tan rápido verbalmente!, menos con una mujer; ni al profesor Gimbernat, con quien todos los varones teníamos algo personal y practicábamos el peligroso juego de contestarle mal y rápido!.
 _Noooo, es que tan cerca no voy a poder contenerme!.
Obvio que se rio de mi!, no tuve ni tacto para la ironía; igual disfruté el momento, la anécdota, y mas que nada superar mis congelamientos en tiempo y espacio ante una mujer!. Luego copiando a mis amigos, enfoque mis deseos a otras, algo mas probable, de menos edad que nosotros; pero aun guardo las visiones románticas en torno a Sol y Luna, que sin desearlo colaboraron con la triste realidad, de un niño tímido!.

Sonoto I (7). 06/01/1975.

Me desperté totalmente transpirado!, creo que no nos asfixiamos, porque uno de mis compañeros había abierto la lona de entrada; la temperatura dentro de la carpa era superior a la de un sauna; el plástico al estar expuesto al rayo del sol, soltaba un olor desagradable; fue en ese instante cuando ya estábamos los tres afuera, contemplando al Motel Sonoto 1, que ratificamos casi por unanimidad: _No sirve para dormir siesta!. _Ni mierda, espero que en la noche sea distinto!. Opinó el Bicho. _Veremos!. Contesté riendo, no tenía ninguna referencia, la noche en mi casa fue templada y no volvimos a probarla. Ya recuperada la temperatura ambiente, comenzamos a relevar el nuevo entorno, donde en teoría pasaríamos varios días; empezamos a recibir saludos y sonrisas de nuestros vecinos, pues una carpa color negro brilloso, al rayo del sol, con la leyenda: Motel Sonoto 1, no era muy común; creemos que fue un antes y un después, en el Camping Bahía Del Gitano!. El primero que se arrimó fue Nahuel, un pibe que venía de la ciudad de Catriel provincia de Rio Negro, que sonriendo nos pregunta: _De donde sacaron esa carpa?. Cachito y el Bicho me miraron acusando, “hacete cargo”. _La hice yo!. Respondí sin mucho orgullo, sospechando que la burla venia sin demoras. _Naaaaa, en serio?. _Si, donde viste una igual?. _Uh loco, que bueno y les salió poca guita?. _Si, no nos alcanzaba para comprar una de verdad!; así que agudizamos el ingenio y acá estamos, tratando de acomodarnos en la térmica!. _Se puede ver adentro?. _Umm, esperá que se enfríe un poco, porque bajo el sol levanta una baranda insoportable!. _Cual es tu carpa?. Pregunté como para seguir el tema, sobre la practicidad de conseguir una de lona y no el plástico horrible de la nuestra. _Es aquella de techo naranja, se la prestó un amigo a mi compañero; está bastante cagada a palos, pero entera. Veo apoyado al costado un estuche de guitarra, y pregunto: _La guitarra es tuya?. _Si, es mía, por?. _Tocas guitarra?; también yo, pero traíamos tanto equipaje que otro bulto era imposible!. _Ah, yo estoy aprendiendo, solo se dos canciones; te la presto. Fue en busca de su guitarra y casi con desesperación la desenfundé; era una clásica criolla, pero con cuerdas de acero!. _Porqué tiene cuerdas de acero?. _Ah, resulta que me faltaban cuerdas y en mi ciudad no se consiguen; mandé a un comisionista a General Roca y me trajo esas. Después de afinarla un poco, empecé con todo mi repertorio de Vox Dei; me costaba bastante la dureza de las cuerdas, así que la bajé casi dos tonos y prácticamente me adueñé su guitarra; fueron tantas las horas que pasé tocando que directamente me autorizó: _Tenela vos, que sabes tocar mejor que yo. Fue casi mi única actividad; desde que nos despertábamos, con el Bicho y Nahuel nos poníamos a repasar todo nuestro repertorio de rock nacional; y sonaba bastante bien, porque siempre se arrimaba alguien mas al fogón!.

Sonoto I (6). 06/01/1975

El viaje no fue muy largo, sentado contra la ventanilla recibo algo de sol que me entibia un poco; ya se divisan las sierras de Córdoba, el típico paisaje serrano y llegando a la ciudad de Carlos Paz, pregunto: _Donde nos bajamos?. _No se, que se yo!. Tenemos que ir al camping Bahía del Gitano, dijo Cachito. _Y donde queda el camping?. _Creo que está al lado del Lago San Roque. _Pero el Lago es enorme!. _Y bueno, nos bajamos en la terminal de ómnibus y preguntamos. Así fue; llegamos a la terminal, nos bajamos rápido por miedo a que el chofer nos llevara todo el equipaje y comenzamos a preguntar como llegar al camping Bahía del Gitano. Cuando nos explicaron donde estaba el camping, nos queríamos matar!; tendríamos que habernos bajado 2 kilómetros antes, por la Avenida que llegamos; respiramos profundo, juntamos energía unos minutos; arrancamos a las 12 del mediodía con un sol bastante más fuerte y para recorrer casi 2 kilómetros y medio con los 9 bultos de equipaje. _Ah boludo, porque mierda no averiguamos antes!. Dijo el Bicho. _No falta mucho, ya estamos cerca. _Si claro, me cagaron con la bolsa de los fierros; cambiemos loco!. Con Cachito sabíamos bien cual era el peor, pero el Bicho manoteó el mas chico, pensando que era el mas liviano. _Ah loco, no veo la hora de llegar y tirarme a dormir. Todos estábamos igual, solo que por orgullo no habríamos la boca. Cachito y yo acostumbrados a caminar a paso largo, nos adelantábamos unos metros y automáticamente el Bicho nos silbaba e insultaba, para que lo esperemos. Al fin llegamos al camping, nos registramos y como no estaba muy lleno, nos dieron a elegir cualquier parcela que encontremos disponible. Comenzamos la búsqueda del lugar ideal, la sombra y declive del suelo; pero justo en ese momento se levantó una briza importante y se nubló!. No estábamos muy orientados en cuanto a los puntos cardinales, asi que encontramos un lugar donde seguramente hubo otra carpa de las mismas dimensiones y confiamos que ya habrían testeado el lugar. No lo pensamos demasiado, desarmamos los bultos y comenzamos la tarea del armado de Sonoto 1. La veníamos armando sincronizadamente con Chachito, ya que lo habíamos practicado bastante; desplegado, armado de hierros fue perfecto, el problema real fue al querer estirar las riendas; parecía a propósito, la briza soplaba mas fuerte y nos despegaba el amarre!. Por suerte había llevado el cemento de contacto; reparaba, volvía a intentarlo, otra vez se despegaba; así luego de la tercera consecutiva, intentamos del lado opuesto a que soplaba el viento; logramos amarrarla a las tres estacas del lado derecho y volvimos a intentar del otro ángulo!. Ya había entrado en pánico!, llevábamos 2 horas intentando armarla, se estaba terminando el pomo de cemento; el Bicho empezó a protestar: _Paco y la reputamadre, no trajiste otra cosa para pegarlo?. _No trajiste una aguja con hilo?. _Noooo!. Le contesté, ya mi buen humor se había disipado, no por culpa de los insultos; era mi orgullo el ofendido!. Cachito me miraba, se reía y agarrándose la cabeza dijo: _Paco, Paco y ahora que mierda hacemos?. Respiré hondo e improvisé: _No se, yo voy al baño y esperemos que pare el viento!. Había unos pocos metros hasta los sanitarios, obviamente me iba insultando solo por darle rienda suelta a mi ego y meterme en semejante aventura!; y vaya a saber porque designio del destino o ángel de la guarda de malditos acampantes, paró el viento y volvió asomar el sol!. Cuando volví, estaban los dos echados en el césped; sin emitir sonido amarré las sogas a las estacas del lado izquierdo, tensé un poco las del derecho y dije suspirando hondo: _Ya está!. Nadie dijo nada, solo nos apuramos a meter los bolsos, como si el barco zarpara sin demoras y nos echamos a dormir dentro del Motel Sonoto 1; ya había notado que el sol daba de lleno en la carpa, pues erramos la ubicación de la sombra; pero no era momento de ponerme a direccionarla, sin terminar a los golpes con mis compañeros!.

Sonoto I (5). 06/01/1975

Siempre fue endeble mi salud, sobre todo con los cambios bruscos de temperatura o enfriamientos; casi siempre sufría algo terminado en “itis”: bronquitis, laringitis, sinusitis, otitis y era guardado por días, medicado con jarabes y antibióticos. Pero esta noche, llegaba en pleno enero con temperaturas mas bajas que en invierno, desabrigado, encerrado en la caja de un camión, sin médico cerca, ni antibióticos a mano; solo veía mi fin en este mundo. No podía parar de temblar, pensé que moría de espasmo!; y en un ataque de supervivencia, me levante y empecé a saltar. -Que haces boludo!, vas a despertar al Kuni y nos va a echar a la mierda. _Si no logro calentarme, me muero loco!. Ya no aguanto más el frio, no tengo más que la remera y esta campera de mierda que no abriga nada. _Y que queres?, prender fuego acá arriba?. Aguantá, cuando amanezca tomamos algo caliente!. Tratando de mantener la calma y no terminar peleando con Cachito y el Bicho, me pongo a caminar por toda la caja, pero sin saltar!. _Paco, deja de romper las pelotas!; dejá dormir boludo!. Era imposible pensar, llegué a delirar con que se me congelaría la sangre y moriría como alpinista dormido en posición fetal; en otro ataque de pánico, pretendo salir de la caja y terminar con el suplicio. Fue en vano, estábamos completamente hacinados entre lonas, chapas y hierros; busco subir hasta la parte superior intentando pasar entre la lona y las barandas de la caja, pero para evitar que el viento lo vuele, lo había amarrado con todas las sogas!. Ya totalmente entregado, me tiré al piso y no recuerdo si me desmayé por frio o cansancio; solo que al despertar estaba tapado con la lona llena de tierra; seguramente mis compañeros asustados por mi ataque de locura, decidieron abrigarme de alguna forma!. Cuando nos abrió la puerta, me tiré del camión y juré nunca más subir a un chasis en mi vida. Me costó recuperar la cordura; corría alrededor del camión para calentarme, llamando la atención de todos. _Que le pasa al pibe?. Preguntó el chofer; mis compañeros solo hicieron la típica seña de “está loco”. Ya despuntando el sol, se preparó unos mates, y le entré por primera vez en mi vida al mate en bombilla; siempre le tuve idea a la costumbre argentina, pero con la necesidad de tragar algo caliente, fue más fuerte que todos mis prejuicios!. Una hora después, partimos caminando hacia la ruta para tomar el colectivo. Fue en esa pequeña caminata donde evaluamos fehacientemente, que íbamos con demasiado equipaje; aunque sirvió para recuperar mi temperatura corporal, fue demasiado llegar hasta la ruta, mal dormido, sin desayunar. A los pocos minutos, vimos venir un colectivo y sin demasiadas opciones a equivocarnos, hicimos señas para que se detuviera. La primera discusión fue con el chofer del colectivo: _No pueden subir con todos los bolsos!. _Y que querés que hagamos?, que los dejemos acá?. _Acá arriba no pibe!, pónganlos en la bodega. Y nos descolocó!. _Que bodega?. Claro, para nosotros bodega significaba un lugar donde envasan vino!, ni de ahí relacionarla con el depósito de una embarcación náutica; o con las puertas laterales del colectivo. Al ver que no entendíamos, se bajó a la puerta y nos señaló las manijas de apertura de la mentada “bodega”. _Ah!, este sonoto es la bodega. Dijo el Bicho; cuando la abrió y vimos la cantidad de tierra acumulada en esos baules, nos miramos desahuciados sin reaccionar y el chofer insistió: _Bueno, van a subir o esperan otro?. Creo que cerramos los ojos y tiramos todos los bultos en medio de la mugre, en tan solo treinta segundos!.

Sonoto I (4). 05/01/1975

Durante diez días siguió la logística para el viaje; primero fue armar el equipaje, sumando la Sonoto 1 en dos partes, lo más complicado fue plegar el agropol, lo ensayamos varias veces con Cachito y siempre quedaba enorme; además el plástico se iba marcando cada vez que lo doblábamos, así que desistimos por miedo a romperla antes de usarla!, quedó como un bolso grande con dos correas para cargarla tipo mochila.
Con los caños estructurales fue más fácil, entraban justo en una bolsa de arpillera, la cerramos con soga plástica formando algo así como correa para colgarla al hombro; pero cambiamos de idea cuando los levantamos, pesaban demasiado y no había forma de alivianarlos!.
Días después alguien nos comentó, que un camión de Boretti viajaba todos los meses al pueblo de Malagueño, para traer bolsas de cemento; ubicamos al chofer aceptó llevarnos, ya era perfecto, el pueblo está a pocos kilómetros de Villa Carlos Paz. Todos los días nos juntábamos en la Sede, para repasar lo que correspondía llevar a cada uno al campamento; tratábamos de no olvidar ningún detalle, siempre tratando de repartir equitativamente entre los cuatro. Se nos complicó un poco cuando el Negro comunicó que se bajaba, ya que entraba en preparativos para cursar en la Facultad de Medicina y sus padres no aprobaron su viaje a la deriva!. Recalculamos el equipaje repartido en tres y nos mató el resultado; eran tres bultos cada uno incluidas las mochilas!, nada alentador si debíamos caminar mucho.
Partimos desde la casa del chofer a la madrugada, ubicamos todo el equipaje en la caja del camión; nos íbamos rotando dos en la cucheta y uno de acompañante cebando mate. Todo parecía perfecto, hasta que comenzamos a distinguir nubarrones negros y relámpagos en la misma dirección que viajábamos!; a los pocos kilómetros nos alcanzó un diluvio impresionante, tuvo que aflojar la marcha crucero ya que los limpiaparabrisas no eran suficientes y se veía poco la ruta. Por momentos también caía granizo y el ruido era impresionante; así fue casi todo el viaje, hasta que nos enteramos que estaba cortada la ruta por inundación y con variados insultos nos comunica que debemos dar una vuelta de 250 kilómetros para evitar la ruta inundada; en definitiva, de un viaje que debía durar 10 horas terminó en 18, llegando a destino recién a las 22 horas.
Era imposible detenernos a hacer dedo a esas horas de la noche y en el medio de la nada!, así que la mejor propuesta fue pasar la noche arriba el camión y salir al día siguiente temprano. Estacionó en la playa de la empresa, ya se nos habían terminado los víveres y las bebidas, tuvimos que aceptar lo que había!, la cucheta obviamente era para el chofer, así que nos acomodamos en la caja del camión, nos cerró la puerta, ató la lona para que no la volara el viento y comenzó la peor noche de reyes en toda mi vida!

Sonoto I (3). 09/12/1974

Al día siguiente, presenté satisfecho y muy agrandado, el informe a mis amigos:
_Ya tengo lista la carpa.
_Naaaa, jodeme. Dijo el Negro. Cachito me miraba sonriendo:
_Enserio?, y se puede ver o es una joda?.
_No boludo, la tengo armada en el patio de casa; quieren venir a verla?.
Así fuimos hasta casa, entre bromas y suposiciones de mis amigos; sobre que vientos soportaría, que temperaturas arrojaría en el interior y si no nos denunciarían por extraterrestres cuando nos vieran salir de ese habitáculo!. Ni bien pasaron al patio trasero, se produjo un silencio muy llamativo; el Negro miraba con asombro, el Bicho sonreía burlón, Cachito se arrimó y la tanteaba con el dedo índice como quien intenta reconocer, si un bicho raro continua con vida!.
_Y la hiciste nomás!, pero no tiene ventanas?.
_Ah, donde viste una carpa con ventanas?, no querés que le ponga claraboya también!.
_Pero nos vamos asfixiar!.
Si, justo al mayor hipocondríaco del pueblo, se le escaparía ese detalle?.
_No boludo, en la parte de atrás tiene la ventilación con tela mosquitero!.
También lo había copiado de la revista, fue lo que más tiempo me llevó fabricar; cortar el triángulo, coser la tela y cubrir ampliamente para que la lluvia no se cuele por la mini ventana. Ninguno de los tres salía del asombro!, obviamente mi ego superaba límites impredecibles y ya sin esperar la aprobación del público, les tiré el siguiente paso:
_Tenemos que ponerle nombre. Otra vez surgieron bromas de las más ofensivas, como: “la pacocucha”, “linyera´s house”, “mini circo”, “el ataúd plástico”, etc. Luego de varios minutos del clásico juguemos a quien delira mas, Cachito dice:
_La carpa se llama “Sonoto”.
A todos nos pareció un buen nombre; el último año había llegado de vacaciones al pueblo, un pibe rosarino de nuestra edad, que tenía parientes en Bigand y lo conocíamos de sobrenombre “Veneno”; muy canchero el loco, como todo pibe de ciudad con los del campo; hacia su clásica broma, preguntando con voz suave:
_Sonoto la hora monstruo?. Era típica la repregunta de la víctima:
_Que me decís?.
Esa era toda la broma!, y repetirla tanta veces, hasta te dieras cuenta que venía en joda. Algunos reaccionamos mal las primeras veces, pero después la adoptamos de aburridos nomás; aplicado para cualquier edad y/o parentesco, siempre en cuanto no implicara para nosotros, un riesgo físico!. Se aplicaba siempre en tono de pregunta, solamente para confundir al interlocutor y a veces también en diminutivo: “sonotito” o “soonotitos” y terminamos agregándola a nuestro vocabulario para denominar todo aquel sustantivo indefinido o intangible: “que sonoto es eso?”.
Así que esta supuesta carpa canadiense plástica, no correspondía definirla mas que con ese vocablo, y por ser la primera en su especie, por total unanimidad quedó conformada como “Sonoto 1”; por lo cual, para dar por terminada mi obra cumbre, le robé la cinta aisladora blanca a mi padre y con pequeñas tiras le fui dibujando el nombre en su parte delantera.

Sonoto I (2). 08/12/1974

Al día siguiente me fui a la ferretería de la única casa de Ramos Generales y pedí con la disposición de un experto:
_Necesito lona para hacer una carpa. El vendedor me quedo mirando serio unos segundos, luego miró a otro compañero, que también me había escuchado y me contemplaba casi asustado; un tercer vendedor, con el cual teníamos más confianza, me pregunta:
_Que estas por hacer Paco?.
_Una carpa tipo canadiense. Los tres emitieron la misma sonrisa burlona, que amedrantaría a cualquier pibe, pero no era mi caso; mi actitud temeraria en estos desafíos, nunca tuvo límites.
_A ver, explícame que estas por inventar y vemos como te ayudo!.
Asi le conté todas mis expectativas y delirios para seguir divagando juntos; siempre tratando de evaluar costos beneficios, el conocía ese tipo de carpas; me explicó que era una tela muy fina parecida a una lona, pero mucho mas liviana; lo único que tenían a la venta eran las pesadas lonas para cubrir camiones, acoplados, maquinarias y que también eran muy caras. Cuando ya parecía agotada la conversación, me comenta:
_Hace unos días recibimos un tipo de cobertor plástico, liviano, económico denominado “agropol”, que es impermeable; talvez te sirva para eso, si querés te doy una muestra.
Sin pensarlo demasiado, acepté la muestra y puse manos a la obra en todas las pruebas que suponía eran necesarias. Corté dos partes, la cosí con la máquina de mi madre usando un hilo de nylon, lo reforcé pegando con cemento de contacto y prueba superada; había encontrado el material ideal!. Hice los cálculos para el material necesario: tres metros de agropol, que venia de seis metros de ancho; cuatro metros de caño estructural de dos medidas distintas para embutir una con otra; diez metros de soga plástica para las riendas y varios tornillos tanque con arandelas a presión. Lo compré, ya que me alcanzaba el dinero y me aboqué totalmente a mi loco proyecto unipersonal: la carpa de plástico tipo canadiense. Me apropié de un espacio en el patio de casa, limpiando prolijamente el piso de tierra; saque la sierra manual de acero rápido de mi Padre, taladro eléctrico; armé primero la estructura metálica para no errar en las medidas del agropol; corté las partes siguiendo el dibujo de mis planos; cosí, pegué cada parte de revés para que las costuras queden adentro y en tiempo record de tan solo tres días, ya tenía armada mi carpa tipo canadiense; el único requerimiento fue de mi Santa Madre, que insistía preguntándome, si no arruinaría su única máquina de coser Godeco con ese plástico raro!.
Mi hermano Yimi había pasado por los tres estados clásicos!; Curiosidad: me observaba de lejos sin preguntar; Descreimiento: riéndose me desalentaba:
_Vos estas muy loco!; Aceptación:
_faaa, se parece a una carpa!; fue muy grande mi satisfacción, pues aceptó acompañarme a pasar la noche para probarla. Mis padres solo sonrieron al vernos preparar la pernoctada, supongo que tenían asumido mi predisposición a las rarezas manuales.

Sonoto I. 07/12/1974

Cinco años planificando el viaje de egresados; cuando por divertirnos durante los últimos años de bachillerato, divagando entre utopías hippies y revolución anti imperialista, no habíamos juntado lo necesario; es más, al comprar el saco para la fiesta, no me alcanzaba ni para el pasaje. Con asistencia perfecta a la Sede del Club Independiente, siempre discutiendo los temas urgentes con El Negro, El Bicho y Cachito, sale la consigna:
_Y si nos vamos a dedo a Villa Carlos Paz, en carpa?. Sonó como todo un desafío!, nos quedamos pensando, imaginando la logística necesaria y perpetrando la explicación a nuestros padres!; ninguno de nosotros disponía de libertad económica, además en mi caso podría resultar contraproducente, no dar los detalles de la aventura. Luego brotó la necesaria pregunta:
_Quien tiene carpa?. Todos al instante, negamos con un simple movimiento de cabeza!. Era el primer problema.
_Mañana averiguo cuanto vale una carpa para 4 personas. Dijo Cachito.
 _Um, debe salir un huevo una carpa de esas!. Al día siguiente volvió con el dato; lo tiró como imposible:
_Si compramos la carpa y dividimos el costo entre 4, no nos queda para viajar!. Sentencia terminal si las hay, siempre será el: “no alcanza la guita”; pero me puse a pensar en las revistas didácticas de mi padre, donde había encontrado como se armaba una carpa tipo canadiense, paso por paso; y sin medir consecuencias largue:
_Y si la hacemos?. El Bicho hizo el gesto característico de “anda a cagar”; consistía en levantar la mano derecha, doblando el codo, casi como peinándose el jopo. El Negro, riéndose bajito como Patán, emitió un:
 _Este Paco!. Claro, era de suponer mi locura, pues nadie en su sano juicio se metería en semejante proyecto. A Cachito le quedó la duda, seguramente recordó mi predilección por las cosas raras, pues desde chico me había ganado el apodo: “Mundo Insólito”; era una serie documental donde relataban filmado, todas esas rarezas ocurridas por todo el mundo y que nunca habíamos visto, ni imaginábamos existían!. Asi que tomándose el mentón con una sonrisa en los labios, preguntó:
_Y con que la vas hacer?.
_Con lona para carpas!, con que si no?. Respondí como si supiera de que hablaba, cuando en realidad eran todas suposiciones mías, nunca había estado, ni siquiera cerca de una carpa canadiense!. _Y donde vas a conseguir esa lona?.
_De Boretti deben tener eso!. Aseveré con total seguridad; pero me quedaron mirando con desconfianza, era obvio que contesté por reflejo y sin pensar.

El Burrito. 07/02/1992.

Llevábamos ya unos días de vacaciones en Santa Rosa de Calamuchita, disfrutando sol, rio, sierras y biscochos de grasa con dulce de leche. Nuestra rutina diaria super económica era: desayuno en la habitación; almuerzo liviano a orillas del rio; juegos en la arena con piedras; mates por la tarde; paseo en nuestro Renault Gordini a la tardecita por la costanera; cena en la habitación con algo comprado en la rotisería más económica del pueblo; para terminar el día, una vuelta caminando por la calle principal a tomar un helado.
Al pasear por el margen del rio por donde siempre alquilaban caballos para paseo, y burros para sacar fotos, se escucha un:
_Ah!, mira ese burro; pará, pará, volvé. Sin entender demasiado que veía la Yanet, detengo el auto y vemos que señala a un típico burrito cordobés, que vaya a saber porque situación hormonal, estaba totalmente excitado!.
_Negra!, calmate que están los chicos. Juanpi y Belu miraban sin comprender el asombro de su madre, pero Horacio, ya bastante grande, replica con:
_Fa!, mirá que pito tiene el burro!. Los dos más chicos, escuchando a su madre y hermano mayor, revoleaban los ojitos como lechuzas fijándolos en nosotros tres, esperando una mayor explicación del suceso!; lo cual era imposible sin preámbulo de educación sexual, no?.
_Mamita, están los chicos, calmate MI AMOR!.
_Pero mirá que cosa enorme, casi le toca el suelo!.
_Uh, bueno, no querés que te lo alquile?.
_Ah, andá a cagar Paco!, que, acaso no puedo asombrarme?.
_Si mi vida, asómbrate, pero no hagas un escándalo. No le gustó demasiado mi reproche, pero fue tanta la emoción, que cada tanto repetía:
_Mirá vos el burrito, que portación de miembro el guaso!. Nunca confesó nada al respecto, pero creo que esa noche soñó con el burro y gracias a esa divina aparición, a media noche después que se durmieron los chicos, me autorizó sexo!. A la mañana siguiente, luego a desayunar partimos hacia el rio; nos ubicamos en nuestro lugar preferido con más arena que piedras, preparamos el mate y no deja de mirarme, sonreír y tirarme besos; sería normal pensar lo enamorada que está!, pero se fehacientemente que es todo lo contrario, se está burlando y el mensaje subliminal es: no estas ni cerca de emocionarme como el burro!.
Pero ahí la veo con su malla negra con motivos blancos, toda su cabellera ondeando y reflejando el sol, su boca sugestiva en mueca de beso, la figura más hermosa en posición de loto y no puedo más que agradecer al destino contar con su complicidad en formar una familia!. Sigo tan enamorado de su todo, como cuando la conocí!; el infierno que empuja mi equilibrio, la explosión que enciende mis penumbras!, el polo opuesto a mis tristezas acumuladas; aunque sospecho alguna infidelidad de su parte, ya que hay situaciones que nunca quedan muy claras, no tengo la más mínima intención de indagarla; como reza la letra de Pablo Milanes: "La prefiero compartida, antes que vaciar mi vida, no es perfecta más se acerca, a lo que yo simplemente soñé!”.

Juego que me regaló un 6 de enero (Erisipela). 06/01/2019.

El miércoles 2 por la noche, partimos en viaje a Rosario para llevar parte de nuestra familia; la ciudad nos recibió con su mejor clima: caluroso, húmedo, sin viento, lluvias intermitentes y millones de mosquitos adictos a nuestra sangre. Con aire acondicionado en el auto, era pasable, pero se empañaban los cristales del exterior, encendíamos los limpia parabrisas, la ventilación al máximo; toda una rutina desbastadora, que sumada a la conducción, era demasiado; así que en un momento bajamos las ventanillas y nos invadieron los mosquitos!; parecíamos jugando al lenguaje de señas, todos tratando de espantarlos, ya que evitarlos era imposible. Ya volviendo, siento escozor en mi pierna izquierda y sin darme cuenta me lastimo al rascarme; me insulto mentalmente, ya que justo lastimé sobre la cicatriz de la cirugía y es eso por cual me advirtieron todos los médicos, nunca tendría que pasar.
Ni bien llegamos a casa, me unté con crema desinfectante y nos fuimos a dormir; al levantarme para ir al trabajo, noto algo de dolor en la herida, mas enrojecimiento, mas temperatura y ya comienzo a preocuparme; al paso de las horas, observo se va extendiendo la zona irritada, aparecen unos puntos mas rojos que la piel y llamo a mi hermana:
_Negra, me aparecieron unas manchas rojas en la pierna, justo encima de la cirugía.
_Uy!, te pica?, tenés fiebre?, te duele?.
Así comienza el concurso de preguntas y respuestas, donde cuando acierta Daniela, es punto en contra para mi!.
_No tengo fiebre, pero esa zona de la pierna tiene más temperatura.
_Bueno, que te vea un médico Paco; mándame una foto por Whatsapp. Así lo hago, y a los minutos obtengo la respuesta:
_Parece erisipela Paco, pero mejor que te vea un médico.
Ya era tarde para visitar un médico que no sea la guardia del hospital, así que espero mañana; talvez se me pase. Ni bien me bajo de la cama, veo mi pierna más enrojecida que ayer, con más puntos rojos, siento dolor en la piel cerca del talón!; otra vez sopa!, me voy a trabajar tratando de no pensar en la herida, pero cuando la inspecciono sigo sumando preocupación.
Ni bien salgo de trabajar, voy a visitar a mi médico de cabecera, quien luego de examinarme me confirma el mismo diagnóstico que Daniela; es erisipela, pero me comenta es algo superficial y se trata con antibióticos; me receta una toma cada 12 horas, que me aplique paños fríos en la herida y si me molesta mucho, que tome algún analgésico y que mantenga las piernas levantadas en reposo. Siempre respetando el protocolo, aunque a la Gallega no le agrade, me voy a la cama a mirar TV; es la mejor forma de reposo que conozco, voy cambiando la posición para no acalambrarme, me cruzo de piernas, me vuelco de un costado y voy cambiando varias veces, hasta que me duermo. Ni bien me despierto, ya me preocupa la molestia en las dos piernas!; que carajo me pasa?, cuando miro, da la impresión de haberme contagiado justo en la pose de cruzar las piernas; el talón derecho sobre el tobillo izquierdo. Además al bajarme y asentar los pies para incorporarme, me dan puntadas en ambas piernas; no puedo creerlo!, esto sigue avanzando y vuelve a disparar mi paranoia; será erisipela o algo peor?, me afectará al corazón?, se infectarán todas las cicatrices?, me tendrán que internar otra vez?, será este el fin de todo?.
Cuando calculo que Daniela ya está levantada, la llamo:
_Negra, puede ser que me haya contagiado a la pierna sana?.
_No, no Paco, imposible!. Luego escucho el típico silencio de la duda médica y replica:
_Bueno, a vos si te puede pasar!, sos un fierro Paco, es muy difícil que se contagie por contacto, pero sucede! y con tus antecedentes, que te controlen si no tenes inflamadas las venas, o notas como un cordón debajo de la piel, pues a veces se complica.
Confirmado, si hay una posibilidad en mil, seguro me toca a mi. Como insiste en que me vea un médico, llamo al mío de cabecera; tampoco está en el pueblo, también le suena extraño que me contagie por contacto; solo que me preocupa un poco más, pues me recomienda cambiar el antibiótico si en las próximas horas se sigue extendiendo. Mientras hablo por teléfono mi Gallega observa mis piernas y empieza a gesticular como horrorizada!; hay momentos en mi vida donde replanteo lo real en la teoría de mi yerno:
_Paco, vos en otra vida seguramente fuiste un mal parido como Barrabas, Nerón, Rasputín o Hitler y como castigo te tocó esta con la Yanet!.
No se entiende; cuando ves a alguien de tu familia angustiado por alguna razón, se supone debes trasmitirle paz y esperanza como para compensarlo; nunca a los gritos meterle mas fichas de preocupación!.
_Mirá como tenés las piernas!, que esperás para ir al médico?; querés morirte?; le avisaste a la cardióloga?.
Tratando de absorber toda la paz cósmica, le cuento que el médico no está en el pueblo; le envié un mensaje a la cardióloga y no me respondió.
_Bueno, vamos de Tatin (el pediatra de la familia).
Llama al celu de Belen, la pone al tanto y luego me comunica, que tiene el consultorio lleno y es el único medico en el pueblo. Ya al borde de la incertidumbre, como siempre, termino llamando a mi veterinario de cabecera!; cuando le explique mi padecer, respondió inmediatamente:
_Voy para allá.
A los pocos minutos ya estaba dando su diagnóstico, mas tranquilizador por cierto; además de confiar en el, tanto como un hermano, siempre es claro en palabras de aliento y recomendaciones.
_Si Paco, es erisipela y te la contagiaste por contacto a la otra pierna. La verdad que somos bien fierros los dos, eh?.
_Me conviene que me internen?.
_No, así como estás ahora, seguro te dejan internado en observación sin hacerte ni siquiera un ecodoppler!; esperá a mañana, tomá el antibiótico cada 8 horas y vemos.
Recibo contestación de mi cardióloga, le envío fotos de mis piernas afectadas; luego de unas horas me comunica su consulta al cirujano cardiovascular, dejándome un poco mas tranquilo ya que no veían ninguna complicación, solo bastante mala suerte de mi parte.
En resumen, gracias a la tecnología, en solo 8 horas había consensuado un ateneo clínico con cuatro médicos y un veterinario!. Nos quedamos con la Gallega tomando mates debajo el alero, mirando llover, tranquilo, con nuestro gato siamés sobre mi falda, y en un rapto de amor apócrifo me tira:
_No se te ocurra morirte vos!.


Que cruz la mía, como si fuera tan simple esperar se cumplan deseos, con solo pensarlos; como si nuestra realidad obedece a nuestros sueños, o el genio de la lámpara se encuentra a la vuelta de la esquina. Solo nos queda enterarnos de lo que viene; y aceptarlo o no, no hace la diferencia, solo sigo disfrutando lo que me toca de vida y “Canto, que aunque sin rey mago, sigo en pie”.

La Voz de Dios. 19/05/1973

Mi amigo el Bicho, había escuchado por Radio Continental, en el programa Confluencia, que Vox Dei estaba de gira por Santa Fe y presentaba su nuevo trabajo; nos enteramos por un afiche, de su actuación al boliche Maranhao en Casilda, tan solo 50 kilómetros de nuestro pueblo. Rápidamente surgió la iniciativa en la Sede de Independiente, de parte del Negro:
_Vamos Paco?. _Si no aprovechamos que vienen acá cerca!.
_Y en que vamos Negro?.
_A dedo boludo!, en que vamos a ir?.
_Uh, pero tenemos que salir de día!.
_Ah, no seas cagón Paco, si van un montón al boliche!, alguien nos va a levantar. No estaba muy convencido, pero la emoción de ver a mis ídolos en vivo era muy fuerte; ya hace unos años que me siento identificado con Ricardo, trato de imitarlo en la ropa, el corte de pelo, ya que con la guitarra criolla no puedo imitar sus punteos!, igual ya saqué Detrás del Vidrio y me sale igualita. Ese sábado pintó muy frio desde la tarde; nublado, baja temperatura y un vientito sur que filtraba atemorizante; me vestí con lo mas grueso que tenía, por lo cual mi única campera de jeans entallada, no me entraba!, resignado a cagarme de frio haciendo dedo por la ruta, pase por la casa del Negro de donde salíamos juntos. Cuando su madre se enteró donde íbamos y en que íbamos, puso el grito en el cielo!.
_Pero ustedes están locos!, con el frio que hace, se van a enfermar!. Vos Raul no te vas desabrigado, ponete el gamulán de cuero. El Negro encogió sus hombros, no le gustaba el gamulán, decía que no era muy rockero; igual sabía que si no salíamos de su casa abrigados, no salíamos!. _Vos Paco no tenés algo mas abrigado?.
_No Señora, la única campera que tengo no me entra con tanta ropa!. _Ay querido, tu mamá que dijo?. Era imposible explicarle que mi Santa Madre ignoraba todo, y le había mentido sobre mis intenciones de viaje. _No, me dio una camiseta de frisa, calzoncillos largos, camisa frisada y con el pullover con polera no voy a tener frio!.
_Pero te vas a morir de frio; tengo un pocho santiagueño que uso como cubrecamas, lo querés?. Quedé pensativo, no tenía ni idea que era lo santiagueño del poncho; cuando lo trajo, me gustó, tenía colores de los que me gustan, no muy llamativos y realmente era abrigado!.
_Si usted no tiene problemas en prestármelo?.
_Pero no querido, después me lo devolves, yo no lo estoy usando ahora. Así que salimos con el Negro, contentos porque habíamos conformado a su madre, solo unas tres cuadras quedaba la curva por la ruta, donde nos paramos a hacer dedo. No esperamos ni 20 minutos y paró un conocido ante el dedo levantado del Negro. _Ah!, son ustedes, que haces con un poncho Paco?, adonde vas así vestido?. Ahí nomas me di cuenta que mi vestimenta era llamativa, no se bien porqué?, talvez fuera de moda?, pero ya ensayaba mi respuesta rápida:
_Por lo calentito!, no sabés!. Y realmente lo era, grueso, pesado, creo que hasta era impermeable; pero no era la moda de ese momento, nosotros queríamos vernos como rockeros, con camperas de cuero negro, tachas en las mangas, jeans chupines. Ni bien bajamos y comenzamos a caminar rumbo al boliche por las cuatro plazas, empecé a escuchar gritos de casi todos los tipos y algunas mujeres también.
_Donde cantas Rimoldi Fraga!. Era un folklorista de época anterior, que comenzó cantando vestido con poncho; fue lo mas suave que me gritaban. Llegue a escuchar:
_Flaco Mariposón!. Cuando en realidad no tenía sentido, no me cerraba; que diablos tenia el poncho que molestaba tanto?. Primero el Negro se reía de mí, tapándose la boca con una mano y señalándome con la otra; pero cuando los gritos insultantes fueron subiendo, se asustó también. En la entrada, quien cobraba, cuando me vio frunció el ceño como tratando de entender lo que veía; soltó una sonrisa y mirándome a los ojos dijo:
_Un poncho, que haces con un poncho acá?. Al entrar, sentía todas las miradas; alguno me señalaban y reían; otros me seguían con la mirada como asombrados; en mi vida me sentí tan acorralado, igual seguí caminando y fingiendo aires de superado, que no se de donde me salía tanto valor; igual me quedé cerca del escenario como para estar bien ubicado al empezar el recital. Hasta se acercó un pibe de mi edad pidiéndome un favor!; primero pensé que venia pesada la cargada, pero lo dejé hablar y no era tan mala la jugada.
_Che flaco, me tenés que hacer una gauchada!; esas dos pibas que nos están mirando, la mas petisa salió conmigo, pero yo quiero encararme a la otra que es la prima; así que vamos juntos, que seguro la petisa acepta bailar con vos. Nos acercamos, me presentó como su amigo de la infancia, que vivía en otro pueblo y así fue; bailamos, conversamos con la petisa sentados en una barra e improvisaba cuando preguntaba algo del pibe, del cual no tenía ni siquiera el nombre!. También nos encontramos con la hermana del Tato, un pibe de nuestra edad que se habían ido a vivir a Casilda; la que también cargó conmigo:
_Paco, nunca te imaginé vestido tan provocativo!. Y repetía a cada injuria:
_Que tiene de malo el poncho?. Pero así fue toda la noche, hasta que subieron mis ídolos al escenario!. Ni se presentaron, arrancaron con Génesis, Jeremías Pies de Plomo, Presente, casi todos los clásicos que sabíamos de memoria; obvio que cantaba todas sus canciones a viva voz, tanto que a veces los que estaban a mi alrededor me miraban raro!; hice silencio cuando presentaron cuatro de las nuevas; nunca las había escuchado, solo aplaudía y a los gritos al finalizar cada canción. Era la primera ves que los veía en vivo, y sonaban como en el disco de vinilo, perfecto, afinado; Ricardo con muy buena vocalización, nos deleitaba con sus letras de protesta, cargados con gritos desgarradores en un tono tan alto, que nosotros llegábamos solo haciendo falsete; todo un verdadero ícono del rock argentino de los 70; cuando pedimos otra!, nos regaló la mejor versión de Ritmo y Blues con armónica, sacándole sonidos impresionantes a su armónica diatónica con trémolo. Ni bien terminó el recital, salimos apurados con el Negro, para saludarlos a la salida del boliche; esperamos un rato afuera, vemos salir a su representante y le pedimos si podíamos hablar con ellos!. Les hizo una seña y se acercaron Willy y Rubén, los felicitamos y agradecimos el gran recital que habían dado; ellos agradeciendo no dejaban de mirar mi poncho; Willy dijo:
_Que bueno está el poncho santiagueño!. Si!, por fin alguien que entendía de vestimenta, además de ser uno de mis ídolos, no lo veía provocativo!. Vemos salir a Ricardo, que imposibilitado para caminar, lo ayudaban dos plomos a subir a la camioneta; lo sentaron al lado de la ventanilla, y con ojos cerrados, supongo que durmiendo; solo mucho tiempo después leí en una revista, que su salida del escenario eran así siempre!, y más lo admiraba, como era posible cantar de memoria, tan afinado, en ese estado; todo un genio!. Nos volvimos a buscar alguien para regresar a nuestro pueblo; me seguían gritando, pero seguía feliz e inmutable; había escuchado La Voz de Dios, mis ídolos.
Fue enorme la sorpresa cuando el 3 de julio de 1973, lanzaron a la venta “Es una nube, no hay duda”, el cual compré con mis pocos ahorros y al ver la contratapa, estaba su foto en una pradera, vestidos con poncho!; corrí a mostrárselo al Negro, nos reímos por semanas contando la anécdota; mi momento de Gloria!.

Melchor, no era blanco?. 20/12/2018 (Un Cuento de Navidad)

San Eugenio es un pequeño pueblo al sur de la provincia de Santa Fe, de los que nunca crecerán demográficamente; ya sea por su ubicación geográfica en el medio de la nada, o por su proximidad a grandes ciudades, que todo lo adsorben; y debido a la idiosincrasia del crisol de razas ítalo argento, muy arraigada a las tradiciones cristianas. Este en particular, como casi todos los pueblitos, cuenta con Capilla Cristiana Apostólica Romana, estación de trenes convertida en SUM, escuela primaria con solo dos maestras para todos los cursos, comisaria de un solo funcionario en bicicleta todo terreno como único móvil, edificio comunal con horarios muy reducidos, boliche al viejo estilo de pulpería gauchesca incluido almacén de ramos generales, sucursal de una cooperativa dedicada al acopio de cereales y unas quince casas más o menos habitables. Otra característica de pueblos pequeños caídos en desgracia, es ser un lugar no deseado para vivir, por lo cual todo funcionario que merece ser castigado por algún motivo, termina derivado a estas localidades; de esta forma terminan siendo casi un purgatorio terrenal, y por consecuencia se deduce, que todo nuevo vecino, algo habrá hecho para terminar viviendo aquí!.

El padre José, un joven sacerdote a cargo de las misas domingueras, alquila una casa al lado de la Capilla; parece que este representante de Dios, fue denunciado en residencia anterior, por mantener relaciones con una devota feligresa; seguramente tentada por el Diablo en su afán de acercarse más al Señor, terminando enamoradísima de un simple representante. Del oficial a cargo de la seguridad, no se sabe mucho (tampoco nadie se atreve a preguntar); se llama Braian Garcia, llego hace dos meses con toda su familia, mujer y dos niños pequeños. El dueño de boliche, Roy Battistoni, con seis hijos desde cuatro a catorce años con una diferencia exacta de 2 años de uno a otro; heredó casa, terreno y varias hectáreas de campo productivo de su abuelo inmigrante italiano, que logró ser propietario gracias a Juan Domingo Perón allá por el año 1947 con la reforma agraria.

Verificando la poca asistencia a las misas y la proximidad de los festejos de Noche Buena, el Padre José inspirado por renovar votos cristianos, se le ocurre la idea de representar El Pesebre Viviente!; una vieja tradición en su pueblo natal, que sufriendo algunas modificaciones de actualización, fueron los mismos personajes con respectivas vestimenta por los siglos de los siglos. Convoca en una misa, a todos los niños del pueblo para ir organizando el pesebre; siempre acompañados de sus mayores, ya que como es costumbre los más pequeños, aunque presentes en la casa de Dios, son ingobernables!. La idea va ganando adeptos, pues en el pueblo hay muy pocas convocatorias y la mayoría huye a otros pueblos para estas fechas, por San Eugenio ya ni cohetes tiran!. Casi terminando la reunión, Doña Mercedes Ayolas de Pettenati, madre de tres niños de 6, 9 y 12 años, sugiere crear un grupo de Whatsapp para coordinar personajes y vestimenta; todo el grupo está de acuerdo, es cuando Lorena Voldrini, madre soltera de un niño de tan solo 4 meses quizás la más tecnológica del pueblo, se encarga de armar el grupo “Pesebre”, agregando a todos los padres participantes, así también algunos niños, que ya tienen celular propio.
Empezaron con los actores de reparto: el niño Dios será el bebé de Lorena; la Virgen María estará representada por Joselina hija de Mercedes; San José por Alejandro, uno de los hijos de Roy; dos pastores por Mario y Joaquin hermanos de Alejandro; Melchor será Eloy hermano de Joselina; Gaspar por Ronald hijo de Roy; Baltasar a cargo de Kevin, hijo de Braian Garcia, bien moreno por su madre brasileña; otros niños serán las ovejas y un par conformaran el clásico burrito.

Todo comenzó sobre ruedas, ni bien se repartieron los personajes la mayoría estuvo googleando todos los días, buscando imágenes con vestimenta típica; viajaron a la ciudad para comprar varios metros de friselina de todos los colores; quien no podía coser a máquina, le pegaba con pistola de silicona, el pulpito o simplemente la abrochadora de ganchos chiquitos!.
Ni bien el padre José disparó el mensaje:

Jose-*Como andan los trajes*.

Nora-*la obeka sn toda blank*.

José-*No Nora, pueden ser marrones también*.

Nora-*a porke me sobo de burrro*.

Jose-*Si Nora, no hay problema*.

Lorena-*Alguien tiene pañal de tela para prestarme?*.

Macarena-*si nena, yo guardo todo y tengo unos impecables*.

Julito-*el burro puede ir en sapas nike vlank*.

Jose-*Julito, no tenés zapatos negros?*.

Julito-*tengo lo botine fulbo negro con verde*.

Jose-*bueno, usá los botines*.

BGarci-*KEVIN NO VA I DE BALTASAR*.

BGarci-*NO KIERE*.

Por varias horas no llegó ningún otro mensaje, como si el último fuera difícil de digerir o asimilar!; el padre José quedó meditando y como quien dice: patinando en toda su teología aplicada, tratando de proyectar las acciones a tan terminante mensaje: no quiere!. La mayoría de las veces en su natural mediación espiritual, no aceptaba nunca un NO QUIERO como respuesta, siempre exigía una justificación, una evaluación de pro y contras; pero ahora hablábamos de un niño bien morocho, hijo de un oficial de policía; el abanico de posibilidades lo perturbó demasiado. Volvió a tomar las riendas y continuó:

Jose-*Bueno Don Garcia, lo hablamos personalmente, este no es el mejor medio*.

BGarci-*KUANDO KIERA DOND KIERA DON CURA*.

Já, sonó tan desafiante el mensaje que empezó a temblar, de tal forma que impedía releer. José estaba acostumbrado a enfrentar ateos en discusiones, pero en la Iglesia, siempre jugando de local; este no era un ateo común y corriente, más bien aparentaba uno de esos oficiales que abusa del poder de pura mala leche!.

BGarci-*MANANA TENG LIBRE LO EPERO EN BOLICHE DEPUE DE COMER*.

Cada mensaje lo perturbaba un poco más; ahora no solo de visitante, también en el boliche, ese lugar impensado para un representante de Dios. Pasó toda la noche y mañana siguiente pensando y repasando su discurso, cambió varias veces contenido, el enfoque en 1º persona, si lo tuteaba o no; luego de comer un bocado comenzó la elección de su vestimenta, si ir informal o cargar todos sus atuendos representativos; terminó eligiendo su mejor casulla y el crucifijo más grande!, como para todos distingan desde lejos su representación a Dios.
Ni bien entró al boliche, ubico muy rápido a Braian Garcia, ya que en ese horario corre la sagrada siesta y todos los habitantes la respetan!. Sentado piernas abiertas, mas bien como ubicado en reposera de playa, de civil, tomando un vino y sin soltar el vaso con mano derecha, dice:

_Como anda el curita?.

José no contestó, solo emitió una leve sonrisa tratando de disimular su nerviosismo. Se sentó en la silla en frente, carraspeó su garganta e intentó desparramar toda su verborragia; Garcia, aun siendo tan joven, manejaba muy bien su rol de torturador; eso que casi nunca te enseñan en las escuelas de policías, te sale solo por mal parido o porque te lo hicieron a vos!, no lo dejó ni picar, lo sacó de contexto, se le fue por la tangente:

_ A vé, de donde sacó usté que Baltasar era negro?.

_Yo lo estuve gugleando y dice que fue invento de lo gallegos hace una pila de año.

_Bueno Don Garcia, dejando de lado todas las versiones habidas en torno al nacimiento de Jesús, nosotros adoptamos la más conocida en la cultura hispana; donde Baltasar era un Rey Africano y como la mayoría de ellos, de piel oscura.

_Etá don cura, te la hago corta, mi pibe si hace de Melchor va, sino no!.

Es cuando Jose da cuenta, que esta pequeña reunión no es para charlar sobre el tema, Don García está encaprichado y su hijo no debe tener ni idea de esta discusión. De nada sirve entablar enfrentamiento entre la Santa Inquisición y Poder Policial, por una representación teatral sobre el nacimiento de Jesus!.

_Bueno Don Garcia, dígale a su señora esposa que se comunique con la señora Mercedes, así cambian el traje.

_No, digaselo usté, yo no la dejo a la Negra que hable con esa vieja cogotuda. Parece que siempre etá sintiendo mal olor cuando habla con nosotro.

Se saludaron respetuosamente, José hizo una reverencia colocando su mano derecha en su cintura y Garcia le contestó un chau cura, haciendo la V de la victoria. José salió disparado del boliche, renegando de su bendita idea y mascullando supuestas explicaciones para Mercedes, al informar el cambio de roles; opto por mensaje de Whatsapp, para no repetirlo varias veces a todos los participantes.

Jose-*A pedido del señor Garcia, Kevin va vestido de Melchor y Eloy de Baltasar*

Jose-*Señora Mercedes, cuando tenga listo la vestimenta, me avisa y paso a retirarlo*

Por unas horas no hubo mensaje alguno al grupo Pesebre, pero en privado estaban saturando el 3G con audios, comentarios, acusaciones y demás chusmerío como en todo pueblo. Hasta que la Señora Mercedes, por esa mala costumbre de chatear en varios grupos a la vez, comete el fatídico error!.

Mercedes AP-*viste Maca que te dije*.

Mercedes AP-*estos negros kukas simpre te joden la vida*.

Nunca, desde que se conoce el chat por Whatsapp, un mensaje tuvo la correspondiente respuesta, en tan solo 45 segundos.

BGarci-*SE KIVOCO E GFRUP SENORA*.

Como efecto rebote, a partir de ese mensaje se vieron los siguientes:

Mercedes AP salió del grupo.

Macarena salió del grupo.

Nora salió del grupo.

Lorena salió del grupo.

José, casi en pose de estatua de sal como Edith, pero con los ojos desorbitados, dejó el celular en el piso y agarrándose la cabeza con las dos manos, elevando la vista al cielo en busca del Señor exclamó:

_Me cago en la reputamadrequeloremilpario que vieja argolluda!.

Al día siguiente, nadie creía que se llevaría a cabo el Pesebre Viviente; pero en estos casos siempre prima el Espíritu Navideño y como si no hubiese ocurrido nada, en los horarios previstos y acordados luego de la misa el sábado, se evocó el Nacimiento número 2018.
La nota de humor, estuvo a cargo de Julito, a quien le toco ser la parte trasera del burro, y calzando botines de futbol imitaba el paso de la Pantera Rosa; cuando ingresan Los Reyes Magos el murmullo en los presentes fue atormentador; todo el evento fue filmado y subido a Facebook en 15 publicaciones y de los 500 comentarios, 450 fueron la pregunta: Melchor era negro?; obviamente, y por la dudas, nadie contestó esa pregunta.
A la Señora Mercedes, no se la vio más por el pueblo; sus allegados comentan que está de vacaciones en la casa de la playa y seguirá por todo el verano; las malas lenguas dicen que se guardó en la ciudad hasta que se calmen las aguas o reubiquen al Oficial Garcia.

Destruir señales, es un delito! 27/04/2008

Quien no recuerda esos tiempos, donde “privatizar” era de otro mundo, donde grandes y pequeñas organizaciones del estado, mejoraban nuestros servicios. Si, ya sé, es historia antigua, no hay regreso posible de esos agujeros negros!. Pero me agrada añorar lo bueno, como para matizar lo malo. De allí que recuerdo cuando niño, me intrigaba ese cartel plantado por D.V.N. que sobre fondo blanco y en letras de imprenta negras decía: “Destruir señales es un delito”, un claro mensaje; tal vez algo desafiante a quienes no les importa demasiado cometer delitos o creen ser in imputables; pero conciso, las señales son del pueblo y destruirlas, es cometer delito contra el pueblo. 

Es más, lo que no concebía, era que alguien normal, deseara destruir señales que nos servían a todos!; y como servían!. Ya, con demasiada privatización bajo el puente, no volví a divisar ni uno solo de esos carteles a las orillas de nuestras rutas argentinas. Por el contrario, las pocas señales que sobreviven a la devastadora acción del tiempo y el poco mantenimiento, hace casi imposible viajar por nuestras rutas, sin conocerlas o sin un moderno GPS. Aunque lo tragicómico, es encontrar señales mal ubicadas!; el pasado fin de semana, cometimos el grave error de tomar una ruta alternativa, debido a la poca visibilidad a causa del humo en las conocidas; desviamos por una autopista, que según comentaron, hace como 20 años que sigue en construcción, con desvíos de un carril a otro, señalizados con un cartel fondo rojo, una flecha en color negro y la escueta leyenda “DESVIO”, no está nada mal!, pero no sería mejor instalar ese cartel, a 150metros del mismísimo desvío?; son bastante notables las marcas de los supuestamente automovilistas, que bloquearon el freno de sus automóviles, para no caer en una zanja!.

En la misma autovía, encontramos 10 rotondas, a ninguna le precedía alguna señal; en cada una de ellas era cómico ver carteles con un apellido; suponíamos que eran pueblos, parajes o pequeñas ciudades, que al no figurar en nuestro mapa también podría insinuar, que allí se encuentra la tumba de ese buen señor!, porque no, la propiedad rural de ese agraciado señor!, pero solo después de mil metros, lográbamos ver a cinco metros de altura, las próximas localidades con sus respectivas distancias!. Pregunto: quien asesora a los obreros que instalan esas señales?; debido a que caprichos o caprichoso ingeniero civil se dictan las ubicaciones?; a que trastornado se le puede antojar plantar señales, para que nadie las vea?; en que vehículo debo movilizarme, para poder regresar después de equivocar una salida, sin recorrer 50kilómetros de más?; que recurso debo implorar, cuando la niebla o el humo no dan visibilidad, ni posibilidad de orientarse?. No quiero suponer, que dichas señales están plantadas, desde que la mayoría de los viajeros, utilizaban su correspondiente móvil de tracción a sangre!, que con un solo SHOOOOO!, tirando las riendas, podían des andar su camino, sin correr el riesgo de ser arrollado por un enorme transporte de carga de 40 toneladas, disparadas a 80km/h!. 

Y planteo una más, de las tantas paradojas legales: Si “destruir señales es un delito”, señalizar mal, ¿no es “terrorismo”?. 

En fin, todo depende de nuestra suerte o destino; por esa misma vía, destruimos una cubierta de nuestro automóvil, contra el único bache que obviamente, no estaba señalizado!; oramos e invocamos a todos los dioses, santos conocidos, hasta dioses paganos y no reconocidos por La Iglesia Católica, ya que la banquina era tan estrecha, que debimos plantar el “gato” haciendo un perfecto equilibrio, en 75° a tan solo 30 centímetros del asfalto, sintiendo las vibraciones en todo nuestro cuerpo, cuando pesados camiones esquivaban el mismo bache asesino, en un tramo de doble vía. 

Ya repuesta la cubierta y totalmente alterados, erramos la colectora a la Ruta 7; como es nuestra costumbre, nos perdimos por la localidad de Lujan, encontrando la Basílica tan solo por nuestra fe! (la misma donde con la Gallega sellamos religiosamente nuestro matrimonio, o sea, “me equivoqué” dos veces en el mismo lugar!, y eso es muy grave!); agradecimos, sacamos las obligadas fotografías correspondientes y retomamos la Odisea, ya mejor orientados!. 

No es soñar con el primer mundo!, pero luego de ver el informe de los centro americanos, sorteando destino por México, para llegar a su sueño Americano; la verdad, pero la verdad!, no se, de que me quejo!, en comparación, lo nuestro es un simple deporte.


Mamá Noel y yo, Rodolfo. 24/12/1989 (Un cuento de Navidad)

Hace mas o menos un mes, la Gallega viene trabajando arduamente en la confección de almohadones artesanales; algunos con adornos en crochet, otros pintados a mano con acuarelas acrílicas en colores navideños, algunos con puntillas o cintas de seda hechas moños; pero lo que más llama la atención, son personalizados!. No pregunto que piensa hacer con ellos, suele ponerse áspera cuando denota algo de inquisición, pero reconociendo los nombres entre sus amigas, seguramente serán regalos de Navidad. Es realmente buena en esto, podría comercializarlos, aunque sea para recuperar la materia prima que seguramente fue a mi cargo; pero últimamente anda en modo diosa y no quiero aconsejar nada, ya que mis cuestionamientos siempre los termino pagando con sangre.
Hoy es noche buena, de temprano comenzó la carga de artesanías al Gordini, las cuales repartiríamos en la tarde antes de viajar a Firmat y la señora me anuncia el derrotero a seguir:
_Paco nada de dormir siesta!, salimos después de comer enseguida, repartimos los regalos a mis amigas y nos vamos de los viejos.
Almorzamos rápido, nuestros niños siguen atentos la velocidad de su madre en los preparativos; demora algo más de lo normal en vestirse, pero es entendible al verla salir. Se calzó esa minifalda de jean blanca que resalta toda su figura, y muestra más de lo aconsejable para mi gusto; una remera que no tenía registrada, muy ajustada al cuerpo, que sin ser traslúcida moldea sus pechos erguidos llamativamente; un nuevo corte de cabello, nuevos reflejos; ya carga un bronceado caribe en todo lo visible, que resalta a un más la vestimenta en colores claros y dorados; usa chatitas doradas, toda su biyuterie en plateado incluyendo unos aros enormes en forma de media luna; en resumen, un árbol de Navidad de carne y hueso; que como en la mayoría de los casos, solo se puede observar embelesado, sin tocar aunque nos duela de ganas, y debemos esperar autorización para tomar sus regalos!.
Por suerte nos toca un hermoso día de sol en diciembre, que a las 14 horas no es recomendable andar por la ruta, ni para las iguanas!.
_Primero vamos de Inés. Paro enfrente de su casa.
_Nos bajamos?, pregunta Horacio.
_No no, ustedes esperen arriba el auto que yo hago rápido.
Busco mover el Gordini bajo la sombra, porque ya la conozco; cuando cruzan palabras con sus amigas, es imposible medir el tiempo!. No controlaba mi reloj pues no resulta productivo, pero el rápido de Yanet fueron 20 minutos mas o menos; para mantener ocupados a nuestros hijos, comenzamos cantando todo el repertorio infantil, pero en la cuarta o quinta detención ya llevábamos como hora y media, habíamos seguido con las de Leon Gieco, Facundo Cabral, Antonio Tarragó; cuando se acabó el cancionero e intentábamos repetir alguna, Horacio en tono judicial:
_Esa ya la cantaste, Papá!. O sea, se estaba complicando; ya que nuestro niño mayor, además de su capacidad en memorizar cuentos y canciones, no admite repetición!.
_Porqué Mamá demora tanto?.
_Ya les dijo que está repartiendo los regalos de Papa Noel!.
_Y porque no se los reparte Papa Noel esta noche?.
Ahí me trabé!, si seguía aclarando nos descubría Horacio; Juanpi y Belu eran por ahora mas crédulos, pero el ya era bastante rápido para entender los errores en sus padres!.
_Porque Papá Noel solo les reparte a los niños!.
_Y porqué en el pino también hay regalos para ustedes, si ya no son niños?.
_Bueno Horacito!, después le preguntamos; ahí viene Mamá.
Veo saliendo a la Gallega, despidiéndose, pero me llama la atención el abrazo que le encaja el marido de su amiga, por reflejo y diferencia de altura que la lleva a pararse en puntas de pie, se levanta su escueta minifalda; no sé si es mi paranoia, pero me pareció ver su ropa interior, se dan beso en la mejilla y cuando da la vuelta para retirarse, detecto la mirada lasciva de un nuevo enemigo a las caderas de mi mujer!. Seguramente me puse colorado de celos, o tal vez era colorado por el sol que me pegó dentro del auto?, como siempre mi nariz acopiaba más bronceado, ya que por ser la parte prominente de mi cara, solo un sombrero mexicano me protegería algo!.
_Que te pasa a vos?, porqué me miras con esa cara?.
_Que abrazo efusivo, no?.
_Ah, déjate de joder Paco; dale vamos que ya se hizo tarde!. Me contesta acompañada de una sonrisa burlona.
Por un momento me subía tal rabia, anulando mi poco buen humor, produciendo un clima infernal; pero triunfó el Espíritu Navideño!; ella sintiéndose Mama Noel y yo, Rodolfo; el reno de nariz roja con los cuernos más grandes en toda la comarca!.

La Bestia. 11/07/1985.

Supuestamente, ahora tenemos una moneda estable y con un Austral podemos comprar un Dólar; pero mi recibo de sueldo aun sumando el aguinaldo parece “nada”, como si le hubiesen cortado una parte, me faltan un montón de ceros en relación al de mayo. El gran dilema sigue siendo en que invierto los pocos australes que me sobran!, ya que para comprar comida tengo la tarjeta Cabal, y gracias a Nestor que nos regala los tarros de leche Nido, lo voy piloteando como puedo, siempre con la rigurosa actitud de patear la pelota para adelante. Estos últimos años, con la enfermedad que ligó Juanpi, son varias veces al mes que viajamos a Rosario, así que decidí unilateralmente comprar un autito viejo, como para ir arreglándolo y no tener que andar mendigando a mi viejo o mis suegros que nos lleven.
Lo comento con mi compadre Huguito, que sabiendo mi poder adquisitivo sugiere su preferencia por uno de esos refrigerados por aire de bajo mantenimiento; según Javier, un amigo en común, los podías desarmar en el jardín de tu casa; o sea, ya está haciendo futurología, el único inconveniente es que no me atrevía a tanto, pero el siempre positivo dijo:
_No te hagas drama!, yo tengo manuales de despiece de casi todos los autos viejos. Claro, el padre tiene una casa de autopartes y él no le hace asco a nada!; a desarmado todo lo que cayó en sus manos. Así que acordamos el viaje con Hugo en su Renault 4L y pasamos a buscar a Javier, que con los clasificados del diario La Capital nos ayuda a buscar un auto. Como es costumbre, comienzo por lo más lindo: Peugeot 404, Renault 4L, Fiat 600; pero es inútil, con mi presupuesto, no llego ni a la mitad de esos, por lo que Javier me aconseja:
_Bajá un cacho Paco, mas vale encará por: dame toda esta plata en auto!.
Si, es la mejor opción, entonces empezamos a buscar por la cantidad que yo disponía e íbamos recorriendo por los barrios, ya que en los clasificados no se veían de este monto. En la calle Italia vemos varios, por lo que nos separamos a preguntar para hacer más rápido; toco timbre en una casa donde sobre la vereda estaba con un tarrito arriba, un Renault Gordini (o lo que parecía un Gordini), abollado por donde lo miraras, color verde oliva mesclado con oxido, totalmente desmantelado por dentro, solo las dos butacas delanteras y volante deportivo. El dueño me lo pintó como un auto económico, que nunca tuvo problemas; después me cuenta de su abono de grúa, de su amigo mecánico; estaba escuchando el famoso doble discurso, igual desoí los comentarios de mis amigos, ya que me alcanzaba para pagar y me sobraba algo para reparaciones; que puede salir mal!.
Después de cerrar el negocio, volvemos a mirarlo en la vereda; lo único que tenía impecable era una calcomanía con la leyenda: “No soy Falcon verde, ni lo quiero ser”.
Nos despedimos con la promesa, de volver el viernes, a pagarle y llevar el auto; después nos enteramos que el flaco dueño del auto, le había comentado a su mujer: este no vuelve más!; claro, no me conocía, nunca imaginó alguien tan temerario, que se llevara La Bestia. Cuando llegué a casa comentando mi posible negocio, todos me miraron con desconfianza, era medio increíble un auto por ese precio; siempre tratando de justificar mis acciones, oculté un poco los detalles, solo aseguré que estaba en marcha, funcionando normalmente y tenia toda la documentación en regla.
El viernes salimos con Hugo y mi hermano Yimi, viajando en colectivo para ahorrar algo, con todo el efectivo a buscarlo. Ni bien nos recibió la familia del dueño, parecían tan felices!, como quien recibe una gran noticia!; mi hermano empieza con sus comentarios irónicos cuando vé lo que era el auto!. Nos sentamos en el comedor de su casa, hicimos el boleto de compra venta, me comenta que lo vende para poder pagar la instalación de gas natural, que de otra forma, nunca lo vendería; nos despedimos, me da las últimas recomendaciones y más dramáticas: la llave de luces original, se quemó, pero tenés una llavecita colgada abajo del tablero para encenderlas; el caño de escape tiene un agujero, por eso hace tanto ruido; el cuenta kilómetros no anda; las puertas traseras no cierran bien; y como para cortar la lluvia de malas noticias, pregunto:
_Y la bocina?.
_Ah no, la bocina es lo único que no hace ruido.
Me dá un lote de repuestos para frenos y nos saluda toda la familia del flaco, como si despidieran a un integrante más, un pariente!. Salimos rumbo a nuestro pueblo, ni bien llegamos a la Avenida Ovidio Lagos, se apagan las luces delanteras!. Nos detenemos en una estación de servicio, probamos algunas posibilidades sin solución alguna; nadie en su sano juicio, intentaría viajar 60 kms de noche!, yo sí; era peor no poder volver sin avisar a la familia, esperar luz solar al día siguiente o dejar abandonado a la Bestia en el peor barrio de Rosario. Por suerte Huguito había traído una linterna; además gran parte del camino nos chupamos detrás de un camión que viajaba despacio. El viaje se torna demasiado largo y peligroso: si bien la temperatura es muy baja, no podemos cerrar las ventanillas pues los gases del escape viene directo al habitáculo; mi hermano Yimi, sentado en un cajón de madera viene con los brazos extendidos sujetando las puertas traseras para que no se abran en pose de crucificado; debido al enorme ruido de escape libre, no se le entiende nada, solo le veo los ojos con lágrimas aun riéndose, pero supongo me viene insultando; Hugo riéndose a carcajadas viene con su brazo derecho cuasi congelado, alumbrando con una linterna la línea de la banquina; por los agujeros de los pedales, viene una ráfaga polar que ya me congeló los genitales; me arden los ojos por los gases y por el terrible esfuerzo que hago para observar la ruta; como tampoco funciona el medidor de combustible, y no pude llenar el tanque por razones económicas obvias, la incertidumbre es total!. Pero llegamos sanos!. Dejo a Hugo y Yimi con el sacro juramento:
_Con vos, nunca más Paco!. Buscate otro acompañante tan loco como vos.
Cuando entro a la cochera en casa de mis padres, salen todos recibir mi adquisición; eran bromas, cargadas, preguntas insidiosas sobre que pensaba hacer con “eso”; pero realmente se puso áspero el clima, cuando la Yanet lo vió!; hizo un gesto como de olfatear olor desagradable, giró bruscamente en 180 grados, y a pasos largos se metió en la habitación para no insultarme.
Haciendo un balance sobre mi compra, es aceptable los números finales; pero en realidad, demasiado caro con la Gallega, no me dirigió la palabra por una semana, ni me autorizó sexo por más de quince días!.

Te toque trompeta. 14/12/1974

Luego de varias reuniones con mis compañeros de curso, logramos aunar criterios en cuanto a nuestra vestimenta para la fiesta de colación de 5to. Año Comercial. No fue fácil, me costó bastante aceptar la resolución; yo propuse ir vestidos con nuestro humilde uniforme, el típico guardapolvo blanco de las escuelas públicas; pero no fue bien recibido: ya que algunos de mis compañeros varones, su único uniforme constaba de manchones, roturas y faltantes de botones; mis compañeras mujeres, en mayoría venían proyectando su vestimenta muchos meses con anterioridad y no renunciarían a un vestido de gala. Así que aceptando la decisión por mayoría, me puse en campaña a conseguir saco, pantalón y corbata a la moda. No tenía nada parecido por ahora, además de hace varios años toda mi vestimenta es informal y bajo costo; como no podía ser menos, al avisar a mis padres el viaje inminente a la ciudad de Rosario, para comprar la vestimenta adecuada a tan solemne evento!.
_Así que vas a comprar un saco?, y con qué plata?. Siempre estaba la economía familiar al borde del quiebre; pero como había estado ahorrando para el viaje de egresados, aseguré que disponía de los fondos suficientes. Mentira!, para el viaje de egresados no me alcanzaba, así que priorizando mis necesidades, ya tenía decidido gastar lo necesario para la fiesta y después vería el tema del viaje. Para no viajar solo, invité a mi hermano Yimi al tours de compras; cargamos combustible al Renault Dauphine y partimos hacia Rosario con mi flamante carnet de conducir, acompañado de mi hermano menor de edad que cargaba coraje de adulto!.
Llegamos al centro, estacionamos y nos dirigimos a la famosa casa de moda masculina Thompson & Williams; arrancamos eligiendo lo más caro, ambo cruzado con pantalón, cuando el vendedor me trasmitía el costo, ensayaba un gesto de disconformidad, mi hermano asentía con la cabeza, y pasábamos a otro modelo como seleccionando en base a un gusto muy personal de colores y cortes, cuando en realidad, era de acuerdo a la cantidad de dinero que tenía en mis bolsillos!. Luego de varios minutos encontré un llamativo saco sport negro, con cuadros formados por rayas en distintos colores; para este me alcanza!, consulté a mi hermano, me tiró una mirada y sonriendo me dice:
_Vos te va a poner eso?. Y si, era muy llamativo, pero era lo único que estaba a mi alcance. Me lo probé, llamaron al modisto para que lo ajuste a mis medidas, pagué y nos retiramos chochos con la compra. Ya que era temprano, pasamos a visitar a mis amigos Gerardo y Claudio, que estaban estudiando en Rosario y vivían en un departamento cerca de ahí. Estuvimos conversando un rato largo y decidieron aprovechar el viaje pues era viernes, para volver con nosotros a Bigand. Juntaron sus bolsos, fuimos hasta el estacionamiento partiendo casi al mediodía a nuestro pueblo. La ruta no estaba muy concurrida, así que ponía el Dauphine en su velocidad crucero, que no era huuu! la velocidad, pero la suficiente para recorrer los 70 kms en hora y media. En un momento, Yimi empieza a insistir en que le ceda el volante, ya que estaba aprendiendo a conducir aun con sus 15 años cumplidos; como no había nadie que se oponga al cambio, paramos a mitad de camino entre Arminda y Mugueta; hacemos el cambio, retomamos la ruta y mi hermanito, siempre tan temerario, va acelerando el auto casi a su velocidad máxima, 90 kms/hora; no sé a que velocidad llegó en la bajada del monte de duraznos, ya que el velocímetro no era muy confiable, pero para el viejo Dauphine era como demasiado!. Cuando estábamos llegando a la segunda entrada de Mugueta, veo al ómnibus de la Compañía Santafecina que esta por entrar a la ruta.
_Yimi, guarda el colectivo, afloja el pedal!.
_Ah, mirá si no me va a ver!.
_No sé, pero frená un poco boludo!. Si habría un medidor de porfiados en nuestra familia Achaval Fratini, es mi hermanito Yimi quien ostenta el mejor marcador; en lugar de aminorar la marcha, le da dos bocinazos como alertando: “aca vengo yo con mi super Renault Dauphine”, que debido a la rotura de una de las bocinas originales 1965, solo emitía un pitido con menos decibeles que una trompetita de juguete. No, no nos vió!, cuando ya estaba el largo costado del ómnibus tapando todo el ancho de la ruta, Yimi solo atinó a girar el volante a la derecha y comenzó la carrera mortal por la banquina!. Salvando las odiosas comparaciones, el clima dentro del auto fue muy similar a las batallas aéreas de la Segunda Guerra Mundial, sentados en la trompa de un Boeing B-29, viendo como todo se nos venia encima; las expectativas de vida o muerte eran las mismas, el griterío con órdenes opuestas eran recurrentes:
_Frená boludo!.
_No, no frené en la banquina!.
_No lo subá a la rutaaaaaa.
_No me grité tarado!, soltameeee.
_Pará que no matamos!. Simplemente me aferré al asiento, contemplé a mi hermano que aferrado al volante, a los saltos sobre su asiento, parecía montado en un toro mecánico; culpa de los ventiletes abiertos como deflectores para recibir mas aire, nos pegaban en la cara trozos de cardos que arrancaba de la banquina; el ruido a latas golpeando debido a las irregularidades del camino, eran aterradores!. Cuando vemos una señal de transito justo en nuestro camino, pega un fuerte giro a la izquierda; al volver en ruta y debido a la velocidad, hace un medio trompo volviendo otra vez a la banquina a cosechar esquirlas de cardos!. Fueron apenas unos segundos, pero eternos!; cuando ya perdió velocidad solo por arrasar con todas las plantas de cardos salvajes en 100 metros, nos tiramos del auto, menos mis 2 amigos que viajaban atrás, que totalmente cubiertos de cardos, trataban de sacudirse la carga; solo me dedique a evaluar las posibles roturas del Dauphine, pues sería difícil explicar al dueño del auto, donde nos habíamos metido!; Yimi esperó al ómnibus para insultarlo en todos los idiomas. El conductor frena, abre la puerta e intenta pedir disculpas:
_Disculpame pibe!, no te ví. Mi hermano, que viajaba a torso descubierto, bastante musculoso para su edad, con un despeinado importante y cubierto de trozos de cardo, le grita:
_Que no me va a ver pelotudo!, no viste que te toque trompeta!. Si, fue tragicómico escuchar la confusión de sustantivo de parte de mi hermano, y anecdótico, porque no nos matamos!; pero el espectáculo que brindamos a los pasajeros de la Santafecina, será comentado por varios años. Volvimos al pueblo, dejamos primero a Gerardo que despidiéndose nos dijo:
_Gracias por el viaje, loco!; pero la próxima vez que maneje Yimi, yo paso!. Luego se baja Claudio y comenta:
_Bueno, voy a cambiar mis calzones, porque creo que me cagué encima!.
Ni bien llegamos a nuestra casa, nos abocamos por completo a limpiar el Dauphine con mucha prolijidad; obviamente acordamos un pacto de silencio con mi hermano, como acá nunca paso nada!, pero siempre algo falla, al día siguiente mi padre pregunta:
_Donde te metiste con el auto?, encontré una planta de cardo clavada en el tren delantero. Solo intenté una mueca para disimular, como: no se de que hablas!; por suerte, él pensó que uno de nosotros había andado por el campo usando al Dauphine como bulín y no siguió preguntando!.

Los Vacunáo