Sonoto I (3). 09/12/1974

Al día siguiente, presenté satisfecho y muy agrandado, el informe a mis amigos:
_Ya tengo lista la carpa.
_Naaaa, jodeme. Dijo el Negro. Cachito me miraba sonriendo:
_Enserio?, y se puede ver o es una joda?.
_No boludo, la tengo armada en el patio de casa; quieren venir a verla?.
Así fuimos hasta casa, entre bromas y suposiciones de mis amigos; sobre que vientos soportaría, que temperaturas arrojaría en el interior y si no nos denunciarían por extraterrestres cuando nos vieran salir de ese habitáculo!. Ni bien pasaron al patio trasero, se produjo un silencio muy llamativo; el Negro miraba con asombro, el Bicho sonreía burlón, Cachito se arrimó y la tanteaba con el dedo índice como quien intenta reconocer, si un bicho raro continua con vida!.
_Y la hiciste nomás!, pero no tiene ventanas?.
_Ah, donde viste una carpa con ventanas?, no querés que le ponga claraboya también!.
_Pero nos vamos asfixiar!.
Si, justo al mayor hipocondríaco del pueblo, se le escaparía ese detalle?.
_No boludo, en la parte de atrás tiene la ventilación con tela mosquitero!.
También lo había copiado de la revista, fue lo que más tiempo me llevó fabricar; cortar el triángulo, coser la tela y cubrir ampliamente para que la lluvia no se cuele por la mini ventana. Ninguno de los tres salía del asombro!, obviamente mi ego superaba límites impredecibles y ya sin esperar la aprobación del público, les tiré el siguiente paso:
_Tenemos que ponerle nombre. Otra vez surgieron bromas de las más ofensivas, como: “la pacocucha”, “linyera´s house”, “mini circo”, “el ataúd plástico”, etc. Luego de varios minutos del clásico juguemos a quien delira mas, Cachito dice:
_La carpa se llama “Sonoto”.
A todos nos pareció un buen nombre; el último año había llegado de vacaciones al pueblo, un pibe rosarino de nuestra edad, que tenía parientes en Bigand y lo conocíamos de sobrenombre “Veneno”; muy canchero el loco, como todo pibe de ciudad con los del campo; hacia su clásica broma, preguntando con voz suave:
_Sonoto la hora monstruo?. Era típica la repregunta de la víctima:
_Que me decís?.
Esa era toda la broma!, y repetirla tanta veces, hasta te dieras cuenta que venía en joda. Algunos reaccionamos mal las primeras veces, pero después la adoptamos de aburridos nomás; aplicado para cualquier edad y/o parentesco, siempre en cuanto no implicara para nosotros, un riesgo físico!. Se aplicaba siempre en tono de pregunta, solamente para confundir al interlocutor y a veces también en diminutivo: “sonotito” o “soonotitos” y terminamos agregándola a nuestro vocabulario para denominar todo aquel sustantivo indefinido o intangible: “que sonoto es eso?”.
Así que esta supuesta carpa canadiense plástica, no correspondía definirla mas que con ese vocablo, y por ser la primera en su especie, por total unanimidad quedó conformada como “Sonoto 1”; por lo cual, para dar por terminada mi obra cumbre, le robé la cinta aisladora blanca a mi padre y con pequeñas tiras le fui dibujando el nombre en su parte delantera.

Los Vacunáo