Ultimo dia.30/11/1974.

La última semana, nos ocupaba totalmente la organización de los festejos del último día en nuestro ciclo escolar!; era una lluvia de ideas, algunas la descartábamos rápido, porque el solo hecho de medir las repercusiones posteriores, nos asustaba. El Negro tiró la idea: _Hay que comprar cohetes. Todos pensamos, como?, estábamos bajo la prohibición de venta en fuegos artificiales a menores de edad. _Donde vamos a conseguir?. _De Chifaldi!, se que mi primo compró para la joda de la familia. Me dijo que fue a la policía a pedir permiso y se lo dieron. _Si, pero el tiene mas de 20 años!, que vivo. _Y bueno, hay que convencerlo a Cheto que vaya el!. Cheto se nos había unido en tercer año, por haber repetido una par, y era mayor de 20; siempre recordábamos cando llegó a clases a los gritos por haber sacado número bajo, cuando fue sorteado en el servicio militar. Se armó la comitiva para hablar con el: _Cheto, tenés que ir a la comisaria a pedir permiso para que nos vendan cohetes. _Ah Negro!, dejá de romper las pelotas; me van a sacar cagando. Dejen de armar kilombo loco. La negativa de Cheto, no lo desanimó: _Cacho, vos que sos el mas alto tenes que ir, total Chifaldi no te conoce. Le decimos que sos mayor de edad. No fue muy convencido, pero como el no ya estaba asegurado, se fueron los dos a probar suerte. _Nos vende cohetes don Chifaldi?. _No querido, la policía tiene prohibido la venta a menores. Y haciendo un gesto de enojo, señalando al Cacho le dice: _Pero el es mayor!. Chifaldi lo mira primero a uno y después al Negro y sonriendo: _Naaa pibe, vos sos hijo de Juancho y los dos son menores. _Dele don, solo queremos dos o tres nada mas!, para hacer algo de ruido. _No, cohetes no les puedo vender; pero porque no llevan bombas de estruendo?. Los dos pasaron por las tres etapas consecutivas del “no puede ser”: primero el “escuché mal”; luego el siguiente “que dice?”; terminando con el alegre “si, vamos todavía”. _Pero, no está prohibido?. _Están prohibidos los cohetes, las bombas no?. _Bueno dame bombas entonces!. _Y cuantas quieren?. _Eh, no se, cuanto cuestan? _Cinco pesos cada una. Hicieron un arqueo rápido y la cuenta daba para 12 unidades. _Dame doce bombas entonces. Chifaldi lo miró como de reojo: _Uh, tantas?, donde van hacer tanto ruido?. _Vamos a festejar el fin de curso. Creo que entendió serian para anunciar el inicio de la fiesta, en esa época se usaban para eso: la función de cine, el circo, la procesión de San Antonio o la Virgen de Lujan; pero nunca para festejar un fin de curso!. Salieron los dos tan contentos con la compra, que ni bien llegaron al colegio nos pusieron al tanto; todos quedamos sorprendidos, bombas de estruendo?. _Necesitamos un mortero. Dijo el Negro. _Ah, yo se lo pido a mi tío; el tira las bombas antes del partido de futbol. _Que?, bombas de estruendo?, ustedes están muy locos boludo. Dijo el Gato!. Al día siguiente llegaron las bombas, el mortero; me dedique a fabricar un pasacalle con agropol negro y dos palos de escobas, con la leyenda “5to Año Sonoto”.Ya todo preparado, salimos en caravana, a festejar nuestro fin de curso por las calles del pueblo, con el Fairlane de Cacho, el Rastrojero de Cheto, el Torino de Pato y la Siambreta de un alumno de 4to., de la cual siempre quedó la duda, si nos había otorgado el permiso de uso!. Fue llamativo que se nos sumaron todos los cursos, incluso los de primer año; todo un éxito la convocatoria!.
Cuando hicimos la primera cuadra, llegó la hora de tirar las bombas y obviamente nadie se animaba; ninguno de nosotros tenía experiencia en el tema, pero el Gato, que tampoco nunca había tirado bombas, dándose aires de superado, dice: _Fa loco, que cagones que son!; dame que yo las tiro. Así que saco su encendedor Carusita, puso la bomba en el mortero, encendió la mecha y salió caminando sin prisa alguna como simulando algo común y corriente. La mayoría cerramos los ojos cuando explotó la primera carga y nos tapamos los oídos a esperar la segunda; pero el se reía a carcajadas, señalándonos con sorna por nuestro miedo; fueron varias e iba tirando una por cuadra, pero se dieron cuenta que una de las bombas, tenía la mecha media corta. _No, esa no Gato; va a explotar cerca. _Va, que sabes vos!, esa mecha es de la primera explosión. Igual la dejaron para el ultimo, pero no pudo con su genio y haciendo gala de experto lanzador de bombas de estruendo, la encendió!; no alcanzó hacer dos pasos, explotó la primera carga; la segunda fue al instante y a un par de metros de altura!. Aún recuerdo lo aturdidos que habíamos quedado y la estúpida reacción tardía de tirarnos al piso, después de la explosión. No quedó vecino del colegio, sin salir a la vereda, para tratar de saber que estaba pasando en el pueblo!.

Los Vacunáo