Crónicas desde un paraje del planeta Tierra, de alguien reconocido como Marciano, por sus vecinos terrícolas.
Sonoto I (2). 08/12/1974
_Necesito lona para hacer una carpa. El vendedor me quedo mirando serio unos segundos, luego miró a otro compañero, que también me había escuchado y me contemplaba casi asustado; un tercer vendedor, con el cual teníamos más confianza, me pregunta:
_Que estas por hacer Paco?.
_Una carpa tipo canadiense. Los tres emitieron la misma sonrisa burlona, que amedrantaría a cualquier pibe, pero no era mi caso; mi actitud temeraria en estos desafíos, nunca tuvo límites.
_A ver, explícame que estas por inventar y vemos como te ayudo!.
Asi le conté todas mis expectativas y delirios para seguir divagando juntos; siempre tratando de evaluar costos beneficios, el conocía ese tipo de carpas; me explicó que era una tela muy fina parecida a una lona, pero mucho mas liviana; lo único que tenían a la venta eran las pesadas lonas para cubrir camiones, acoplados, maquinarias y que también eran muy caras. Cuando ya parecía agotada la conversación, me comenta:
_Hace unos días recibimos un tipo de cobertor plástico, liviano, económico denominado “agropol”, que es impermeable; talvez te sirva para eso, si querés te doy una muestra.
Sin pensarlo demasiado, acepté la muestra y puse manos a la obra en todas las pruebas que suponía eran necesarias. Corté dos partes, la cosí con la máquina de mi madre usando un hilo de nylon, lo reforcé pegando con cemento de contacto y prueba superada; había encontrado el material ideal!. Hice los cálculos para el material necesario: tres metros de agropol, que venia de seis metros de ancho; cuatro metros de caño estructural de dos medidas distintas para embutir una con otra; diez metros de soga plástica para las riendas y varios tornillos tanque con arandelas a presión. Lo compré, ya que me alcanzaba el dinero y me aboqué totalmente a mi loco proyecto unipersonal: la carpa de plástico tipo canadiense. Me apropié de un espacio en el patio de casa, limpiando prolijamente el piso de tierra; saque la sierra manual de acero rápido de mi Padre, taladro eléctrico; armé primero la estructura metálica para no errar en las medidas del agropol; corté las partes siguiendo el dibujo de mis planos; cosí, pegué cada parte de revés para que las costuras queden adentro y en tiempo record de tan solo tres días, ya tenía armada mi carpa tipo canadiense; el único requerimiento fue de mi Santa Madre, que insistía preguntándome, si no arruinaría su única máquina de coser Godeco con ese plástico raro!.
Mi hermano Yimi había pasado por los tres estados clásicos!; Curiosidad: me observaba de lejos sin preguntar; Descreimiento: riéndose me desalentaba:
_Vos estas muy loco!; Aceptación:
_faaa, se parece a una carpa!; fue muy grande mi satisfacción, pues aceptó acompañarme a pasar la noche para probarla. Mis padres solo sonrieron al vernos preparar la pernoctada, supongo que tenían asumido mi predisposición a las rarezas manuales.
Sonoto I. 07/12/1974
_Y si nos vamos a dedo a Villa Carlos Paz, en carpa?. Sonó como todo un desafío!, nos quedamos pensando, imaginando la logística necesaria y perpetrando la explicación a nuestros padres!; ninguno de nosotros disponía de libertad económica, además en mi caso podría resultar contraproducente, no dar los detalles de la aventura. Luego brotó la necesaria pregunta:
_Quien tiene carpa?. Todos al instante, negamos con un simple movimiento de cabeza!. Era el primer problema.
_Mañana averiguo cuanto vale una carpa para 4 personas. Dijo Cachito.
_Um, debe salir un huevo una carpa de esas!. Al día siguiente volvió con el dato; lo tiró como imposible:
_Si compramos la carpa y dividimos el costo entre 4, no nos queda para viajar!. Sentencia terminal si las hay, siempre será el: “no alcanza la guita”; pero me puse a pensar en las revistas didácticas de mi padre, donde había encontrado como se armaba una carpa tipo canadiense, paso por paso; y sin medir consecuencias largue:
_Y si la hacemos?. El Bicho hizo el gesto característico de “anda a cagar”; consistía en levantar la mano derecha, doblando el codo, casi como peinándose el jopo. El Negro, riéndose bajito como Patán, emitió un:
_Este Paco!. Claro, era de suponer mi locura, pues nadie en su sano juicio se metería en semejante proyecto. A Cachito le quedó la duda, seguramente recordó mi predilección por las cosas raras, pues desde chico me había ganado el apodo: “Mundo Insólito”; era una serie documental donde relataban filmado, todas esas rarezas ocurridas por todo el mundo y que nunca habíamos visto, ni imaginábamos existían!. Asi que tomándose el mentón con una sonrisa en los labios, preguntó:
_Y con que la vas hacer?.
_Con lona para carpas!, con que si no?. Respondí como si supiera de que hablaba, cuando en realidad eran todas suposiciones mías, nunca había estado, ni siquiera cerca de una carpa canadiense!. _Y donde vas a conseguir esa lona?.
_De Boretti deben tener eso!. Aseveré con total seguridad; pero me quedaron mirando con desconfianza, era obvio que contesté por reflejo y sin pensar.
El Burrito. 07/02/1992.
Al pasear por el margen del rio por donde siempre alquilaban caballos para paseo, y burros para sacar fotos, se escucha un:
_Ah!, mira ese burro; pará, pará, volvé. Sin entender demasiado que veía la Yanet, detengo el auto y vemos que señala a un típico burrito cordobés, que vaya a saber porque situación hormonal, estaba totalmente excitado!.
_Negra!, calmate que están los chicos. Juanpi y Belu miraban sin comprender el asombro de su madre, pero Horacio, ya bastante grande, replica con:
_Fa!, mirá que pito tiene el burro!. Los dos más chicos, escuchando a su madre y hermano mayor, revoleaban los ojitos como lechuzas fijándolos en nosotros tres, esperando una mayor explicación del suceso!; lo cual era imposible sin preámbulo de educación sexual, no?.
_Mamita, están los chicos, calmate MI AMOR!.
_Pero mirá que cosa enorme, casi le toca el suelo!.
_Uh, bueno, no querés que te lo alquile?.
_Ah, andá a cagar Paco!, que, acaso no puedo asombrarme?.
_Si mi vida, asómbrate, pero no hagas un escándalo. No le gustó demasiado mi reproche, pero fue tanta la emoción, que cada tanto repetía:
_Mirá vos el burrito, que portación de miembro el guaso!. Nunca confesó nada al respecto, pero creo que esa noche soñó con el burro y gracias a esa divina aparición, a media noche después que se durmieron los chicos, me autorizó sexo!. A la mañana siguiente, luego a desayunar partimos hacia el rio; nos ubicamos en nuestro lugar preferido con más arena que piedras, preparamos el mate y no deja de mirarme, sonreír y tirarme besos; sería normal pensar lo enamorada que está!, pero se fehacientemente que es todo lo contrario, se está burlando y el mensaje subliminal es: no estas ni cerca de emocionarme como el burro!. Pero ahí la veo con su malla negra con motivos blancos, toda su cabellera ondeando y reflejando el sol, su boca sugestiva en mueca de beso, la figura más hermosa en posición de loto y no puedo más que agradecer al destino contar con su complicidad en formar una familia!. Sigo tan enamorado de su todo, como cuando la conocí!; el infierno que empuja mi equilibrio, la explosión que enciende mis penumbras!, el polo opuesto a mis tristezas acumuladas; aunque sospecho alguna infidelidad de su parte, ya que hay situaciones que nunca quedan muy claras, no tengo la más mínima intención de indagarla; como reza la letra de Pablo Milanes: "La prefiero compartida, antes que vaciar mi vida, no es perfecta más se acerca, a lo que yo simplemente soñé!”.
Juego que me regaló un 6 de enero (Erisipela). 06/01/2019.
El miércoles 2 por la noche, partimos en viaje a Rosario para llevar parte de nuestra familia; la ciudad nos recibió con su mejor clima: caluroso, húmedo, sin viento, lluvias intermitentes y millones de mosquitos adictos a nuestra sangre. Con aire acondicionado en el auto, era pasable, pero se empañaban los cristales del exterior, encendíamos los limpia parabrisas, la ventilación al máximo; toda una rutina desbastadora, que sumada a la conducción, era demasiado; así que en un momento bajamos las ventanillas y nos invadieron los mosquitos!; parecíamos jugando al lenguaje de señas, todos tratando de espantarlos, ya que evitarlos era imposible. Ya volviendo, siento escozor en mi pierna izquierda y sin darme cuenta me lastimo al rascarme; me insulto mentalmente, ya que justo lastimé sobre la cicatriz de la cirugía y es eso por cual me advirtieron todos los médicos, nunca tendría que pasar.
Ni bien llegamos a casa, me unté con crema desinfectante y nos fuimos a dormir; al levantarme para ir al trabajo, noto algo de dolor en la herida, mas enrojecimiento, mas temperatura y ya comienzo a preocuparme; al paso de las horas, observo se va extendiendo la zona irritada, aparecen unos puntos mas rojos que la piel y llamo a mi hermana:
_Negra, me aparecieron unas manchas rojas en la pierna, justo encima de la cirugía.
_Uy!, te pica?, tenés fiebre?, te duele?.
Así comienza el concurso de preguntas y respuestas, donde cuando acierta Daniela, es punto en contra para mi!.
_No tengo fiebre, pero esa zona de la pierna tiene más temperatura.
_Bueno, que te vea un médico Paco; mándame una foto por Whatsapp. Así lo hago, y a los minutos obtengo la respuesta:
_Parece erisipela Paco, pero mejor que te vea un médico.
Ya era tarde para visitar un médico que no sea la guardia del hospital, así que espero mañana; talvez se me pase.
Ni bien me bajo de la cama, veo mi pierna más enrojecida que ayer, con más puntos rojos, siento dolor en la piel cerca del talón!; otra vez sopa!, me voy a trabajar tratando de no pensar en la herida, pero cuando la inspecciono sigo sumando preocupación.
Ni bien salgo de trabajar, voy a visitar a mi médico de cabecera, quien luego de examinarme me confirma el mismo diagnóstico que Daniela; es erisipela, pero me comenta es algo superficial y se trata con antibióticos; me receta una toma cada 12 horas, que me aplique paños fríos en la herida y si me molesta mucho, que tome algún analgésico y que mantenga las piernas levantadas en reposo. Siempre respetando el protocolo, aunque a la Gallega no le agrade, me voy a la cama a mirar TV; es la mejor forma de reposo que conozco, voy cambiando la posición para no acalambrarme, me cruzo de piernas, me vuelco de un costado y voy cambiando varias veces, hasta que me duermo. Ni bien me despierto, ya me preocupa la molestia en las dos piernas!; que carajo me pasa?, cuando miro, da la impresión de haberme contagiado justo en la pose de cruzar las piernas; el talón derecho sobre el tobillo izquierdo. Además al bajarme y asentar los pies para incorporarme, me dan puntadas en ambas piernas; no puedo creerlo!, esto sigue avanzando y vuelve a disparar mi paranoia; será erisipela o algo peor?, me afectará al corazón?, se infectarán todas las cicatrices?, me tendrán que internar otra vez?, será este el fin de todo?.
Cuando calculo que Daniela ya está levantada, la llamo:
_Negra, puede ser que me haya contagiado a la pierna sana?.
_No, no Paco, imposible!. Luego escucho el típico silencio de la duda médica y replica:
_Bueno, a vos si te puede pasar!, sos un fierro Paco, es muy difícil que se contagie por contacto, pero sucede! y con tus antecedentes, que te controlen si no tenes inflamadas las venas, o notas como un cordón debajo de la piel, pues a veces se complica.
Confirmado, si hay una posibilidad en mil, seguro me toca a mi. Como insiste en que me vea un médico, llamo al mío de cabecera; tampoco está en el pueblo, también le suena extraño que me contagie por contacto; solo que me preocupa un poco más, pues me recomienda cambiar el antibiótico si en las próximas horas se sigue extendiendo. Mientras hablo por teléfono mi Gallega observa mis piernas y empieza a gesticular como horrorizada!; hay momentos en mi vida donde replanteo lo real en la teoría de mi yerno:
_Paco, vos en otra vida seguramente fuiste un mal parido como Barrabas, Nerón, Rasputín o Hitler y como castigo te tocó esta con la Yanet!.
No se entiende; cuando ves a alguien de tu familia angustiado por alguna razón, se supone debes trasmitirle paz y esperanza como para compensarlo; nunca a los gritos meterle mas fichas de preocupación!.
_Mirá como tenés las piernas!, que esperás para ir al médico?; querés morirte?; le avisaste a la cardióloga?.
Tratando de absorber toda la paz cósmica, le cuento que el médico no está en el pueblo; le envié un mensaje a la cardióloga y no me respondió.
_Bueno, vamos de Tatin (el pediatra de la familia).
Llama al celu de Belen, la pone al tanto y luego me comunica, que tiene el consultorio lleno y es el único medico en el pueblo. Ya al borde de la incertidumbre, como siempre, termino llamando a mi veterinario de cabecera!; cuando le explique mi padecer, respondió inmediatamente:
_Voy para allá.
A los pocos minutos ya estaba dando su diagnóstico, mas tranquilizador por cierto; además de confiar en el, tanto como un hermano, siempre es claro en palabras de aliento y recomendaciones.
_Si Paco, es erisipela y te la contagiaste por contacto a la otra pierna. La verdad que somos bien fierros los dos, eh?.
_Me conviene que me internen?.
_No, así como estás ahora, seguro te dejan internado en observación sin hacerte ni siquiera un ecodoppler!; esperá a mañana, tomá el antibiótico cada 8 horas y vemos.
Recibo contestación de mi cardióloga, le envío fotos de mis piernas afectadas; luego de unas horas me comunica su consulta al cirujano cardiovascular, dejándome un poco mas tranquilo ya que no veían ninguna complicación, solo bastante mala suerte de mi parte.
En resumen, gracias a la tecnología, en solo 8 horas había consensuado un ateneo clínico con cuatro médicos y un veterinario!. Nos quedamos con la Gallega tomando mates debajo el alero, mirando llover, tranquilo, con nuestro gato siamés sobre mi falda, y en un rapto de amor apócrifo me tira:
_No se te ocurra morirte vos!.
Que cruz la mía, como si fuera tan simple esperar se cumplan deseos, con solo pensarlos; como si nuestra realidad obedece a nuestros sueños, o el genio de la lámpara se encuentra a la vuelta de la esquina. Solo nos queda enterarnos de lo que viene; y aceptarlo o no, no hace la diferencia, solo sigo disfrutando lo que me toca de vida y “Canto, que aunque sin rey mago, sigo en pie”.
La Voz de Dios. 19/05/1973
_Vamos Paco?. _Si no aprovechamos que vienen acá cerca!.
_Y en que vamos Negro?.
_A dedo boludo!, en que vamos a ir?.
_Uh, pero tenemos que salir de día!.
_Ah, no seas cagón Paco, si van un montón al boliche!, alguien nos va a levantar. No estaba muy convencido, pero la emoción de ver a mis ídolos en vivo era muy fuerte; ya hace unos años que me siento identificado con Ricardo, trato de imitarlo en la ropa, el corte de pelo, ya que con la guitarra criolla no puedo imitar sus punteos!, igual ya saqué Detrás del Vidrio y me sale igualita. Ese sábado pintó muy frio desde la tarde; nublado, baja temperatura y un vientito sur que filtraba atemorizante; me vestí con lo mas grueso que tenía, por lo cual mi única campera de jeans entallada, no me entraba!, resignado a cagarme de frio haciendo dedo por la ruta, pase por la casa del Negro de donde salíamos juntos. Cuando su madre se enteró donde íbamos y en que íbamos, puso el grito en el cielo!.
_Pero ustedes están locos!, con el frio que hace, se van a enfermar!. Vos Raul no te vas desabrigado, ponete el gamulán de cuero. El Negro encogió sus hombros, no le gustaba el gamulán, decía que no era muy rockero; igual sabía que si no salíamos de su casa abrigados, no salíamos!. _Vos Paco no tenés algo mas abrigado?.
_No Señora, la única campera que tengo no me entra con tanta ropa!. _Ay querido, tu mamá que dijo?. Era imposible explicarle que mi Santa Madre ignoraba todo, y le había mentido sobre mis intenciones de viaje. _No, me dio una camiseta de frisa, calzoncillos largos, camisa frisada y con el pullover con polera no voy a tener frio!.
_Pero te vas a morir de frio; tengo un pocho santiagueño que uso como cubrecamas, lo querés?. Quedé pensativo, no tenía ni idea que era lo santiagueño del poncho; cuando lo trajo, me gustó, tenía colores de los que me gustan, no muy llamativos y realmente era abrigado!.
_Si usted no tiene problemas en prestármelo?.
_Pero no querido, después me lo devolves, yo no lo estoy usando ahora. Así que salimos con el Negro, contentos porque habíamos conformado a su madre, solo unas tres cuadras quedaba la curva por la ruta, donde nos paramos a hacer dedo. No esperamos ni 20 minutos y paró un conocido ante el dedo levantado del Negro. _Ah!, son ustedes, que haces con un poncho Paco?, adonde vas así vestido?. Ahí nomas me di cuenta que mi vestimenta era llamativa, no se bien porqué?, talvez fuera de moda?, pero ya ensayaba mi respuesta rápida:
_Por lo calentito!, no sabés!. Y realmente lo era, grueso, pesado, creo que hasta era impermeable; pero no era la moda de ese momento, nosotros queríamos vernos como rockeros, con camperas de cuero negro, tachas en las mangas, jeans chupines. Ni bien bajamos y comenzamos a caminar rumbo al boliche por las cuatro plazas, empecé a escuchar gritos de casi todos los tipos y algunas mujeres también.
_Donde cantas Rimoldi Fraga!. Era un folklorista de época anterior, que comenzó cantando vestido con poncho; fue lo mas suave que me gritaban. Llegue a escuchar:
_Flaco Mariposón!. Cuando en realidad no tenía sentido, no me cerraba; que diablos tenia el poncho que molestaba tanto?. Primero el Negro se reía de mí, tapándose la boca con una mano y señalándome con la otra; pero cuando los gritos insultantes fueron subiendo, se asustó también. En la entrada, quien cobraba, cuando me vio frunció el ceño como tratando de entender lo que veía; soltó una sonrisa y mirándome a los ojos dijo:
_Un poncho, que haces con un poncho acá?. Al entrar, sentía todas las miradas; alguno me señalaban y reían; otros me seguían con la mirada como asombrados; en mi vida me sentí tan acorralado, igual seguí caminando y fingiendo aires de superado, que no se de donde me salía tanto valor; igual me quedé cerca del escenario como para estar bien ubicado al empezar el recital. Hasta se acercó un pibe de mi edad pidiéndome un favor!; primero pensé que venia pesada la cargada, pero lo dejé hablar y no era tan mala la jugada.
_Che flaco, me tenés que hacer una gauchada!; esas dos pibas que nos están mirando, la mas petisa salió conmigo, pero yo quiero encararme a la otra que es la prima; así que vamos juntos, que seguro la petisa acepta bailar con vos. Nos acercamos, me presentó como su amigo de la infancia, que vivía en otro pueblo y así fue; bailamos, conversamos con la petisa sentados en una barra e improvisaba cuando preguntaba algo del pibe, del cual no tenía ni siquiera el nombre!. También nos encontramos con la hermana del Tato, un pibe de nuestra edad que se habían ido a vivir a Casilda; la que también cargó conmigo:
_Paco, nunca te imaginé vestido tan provocativo!. Y repetía a cada injuria:
_Que tiene de malo el poncho?. Pero así fue toda la noche, hasta que subieron mis ídolos al escenario!. Ni se presentaron, arrancaron con Génesis, Jeremías Pies de Plomo, Presente, casi todos los clásicos que sabíamos de memoria; obvio que cantaba todas sus canciones a viva voz, tanto que a veces los que estaban a mi alrededor me miraban raro!; hice silencio cuando presentaron cuatro de las nuevas; nunca las había escuchado, solo aplaudía y a los gritos al finalizar cada canción. Era la primera ves que los veía en vivo, y sonaban como en el disco de vinilo, perfecto, afinado; Ricardo con muy buena vocalización, nos deleitaba con sus letras de protesta, cargados con gritos desgarradores en un tono tan alto, que nosotros llegábamos solo haciendo falsete; todo un verdadero ícono del rock argentino de los 70; cuando pedimos otra!, nos regaló la mejor versión de Ritmo y Blues con armónica, sacándole sonidos impresionantes a su armónica diatónica con trémolo. Ni bien terminó el recital, salimos apurados con el Negro, para saludarlos a la salida del boliche; esperamos un rato afuera, vemos salir a su representante y le pedimos si podíamos hablar con ellos!. Les hizo una seña y se acercaron Willy y Rubén, los felicitamos y agradecimos el gran recital que habían dado; ellos agradeciendo no dejaban de mirar mi poncho; Willy dijo:
_Que bueno está el poncho santiagueño!. Si!, por fin alguien que entendía de vestimenta, además de ser uno de mis ídolos, no lo veía provocativo!. Vemos salir a Ricardo, que imposibilitado para caminar, lo ayudaban dos plomos a subir a la camioneta; lo sentaron al lado de la ventanilla, y con ojos cerrados, supongo que durmiendo; solo mucho tiempo después leí en una revista, que su salida del escenario eran así siempre!, y más lo admiraba, como era posible cantar de memoria, tan afinado, en ese estado; todo un genio!. Nos volvimos a buscar alguien para regresar a nuestro pueblo; me seguían gritando, pero seguía feliz e inmutable; había escuchado La Voz de Dios, mis ídolos.
Melchor, no era blanco?. 20/12/2018 (Un Cuento de Navidad)
El padre José, un joven sacerdote a cargo de las misas domingueras, alquila una casa al lado de la Capilla; parece que este representante de Dios, fue denunciado en residencia anterior, por mantener relaciones con una devota feligresa; seguramente tentada por el Diablo en su afán de acercarse más al Señor, terminando enamoradísima de un simple representante. Del oficial a cargo de la seguridad, no se sabe mucho (tampoco nadie se atreve a preguntar); se llama Braian Garcia, llego hace dos meses con toda su familia, mujer y dos niños pequeños. El dueño de boliche, Roy Battistoni, con seis hijos desde cuatro a catorce años con una diferencia exacta de 2 años de uno a otro; heredó casa, terreno y varias hectáreas de campo productivo de su abuelo inmigrante italiano, que logró ser propietario gracias a Juan Domingo Perón allá por el año 1947 con la reforma agraria.
Verificando la poca asistencia a las misas y la proximidad de los festejos de Noche Buena, el Padre José inspirado por renovar votos cristianos, se le ocurre la idea de representar El Pesebre Viviente!; una vieja tradición en su pueblo natal, que sufriendo algunas modificaciones de actualización, fueron los mismos personajes con respectivas vestimenta por los siglos de los siglos. Convoca en una misa, a todos los niños del pueblo para ir organizando el pesebre; siempre acompañados de sus mayores, ya que como es costumbre los más pequeños, aunque presentes en la casa de Dios, son ingobernables!. La idea va ganando adeptos, pues en el pueblo hay muy pocas convocatorias y la mayoría huye a otros pueblos para estas fechas, por San Eugenio ya ni cohetes tiran!. Casi terminando la reunión, Doña Mercedes Ayolas de Pettenati, madre de tres niños de 6, 9 y 12 años, sugiere crear un grupo de Whatsapp para coordinar personajes y vestimenta; todo el grupo está de acuerdo, es cuando Lorena Voldrini, madre soltera de un niño de tan solo 4 meses quizás la más tecnológica del pueblo, se encarga de armar el grupo “Pesebre”, agregando a todos los padres participantes, así también algunos niños, que ya tienen celular propio.
Empezaron con los actores de reparto: el niño Dios será el bebé de Lorena; la Virgen María estará representada por Joselina hija de Mercedes; San José por Alejandro, uno de los hijos de Roy; dos pastores por Mario y Joaquin hermanos de Alejandro; Melchor será Eloy hermano de Joselina; Gaspar por Ronald hijo de Roy; Baltasar a cargo de Kevin, hijo de Braian Garcia, bien moreno por su madre brasileña; otros niños serán las ovejas y un par conformaran el clásico burrito.
Todo comenzó sobre ruedas, ni bien se repartieron los personajes la mayoría estuvo googleando todos los días, buscando imágenes con vestimenta típica; viajaron a la ciudad para comprar varios metros de friselina de todos los colores; quien no podía coser a máquina, le pegaba con pistola de silicona, el pulpito o simplemente la abrochadora de ganchos chiquitos!.
Ni bien el padre José disparó el mensaje:
Jose-*Como andan los trajes*.
Nora-*la obeka sn toda blank*.
José-*No Nora, pueden ser marrones también*.
Nora-*a porke me sobo de burrro*.
Jose-*Si Nora, no hay problema*.
Lorena-*Alguien tiene pañal de tela para prestarme?*.
Macarena-*si nena, yo guardo todo y tengo unos impecables*.
Julito-*el burro puede ir en sapas nike vlank*.
Jose-*Julito, no tenés zapatos negros?*.
Julito-*tengo lo botine fulbo negro con verde*.
Jose-*bueno, usá los botines*.
BGarci-*KEVIN NO VA I DE BALTASAR*.
BGarci-*NO KIERE*.
Por varias horas no llegó ningún otro mensaje, como si el último fuera difícil de digerir o asimilar!; el padre José quedó meditando y como quien dice: patinando en toda su teología aplicada, tratando de proyectar las acciones a tan terminante mensaje: no quiere!. La mayoría de las veces en su natural mediación espiritual, no aceptaba nunca un NO QUIERO como respuesta, siempre exigía una justificación, una evaluación de pro y contras; pero ahora hablábamos de un niño bien morocho, hijo de un oficial de policía; el abanico de posibilidades lo perturbó demasiado. Volvió a tomar las riendas y continuó:
Jose-*Bueno Don Garcia, lo hablamos personalmente, este no es el mejor medio*.
BGarci-*KUANDO KIERA DOND KIERA DON CURA*.
Já, sonó tan desafiante el mensaje que empezó a temblar, de tal forma que impedía releer. José estaba acostumbrado a enfrentar ateos en discusiones, pero en la Iglesia, siempre jugando de local; este no era un ateo común y corriente, más bien aparentaba uno de esos oficiales que abusa del poder de pura mala leche!.
BGarci-*MANANA TENG LIBRE LO EPERO EN BOLICHE DEPUE DE COMER*.
Cada mensaje lo perturbaba un poco más; ahora no solo de visitante, también en el boliche, ese lugar impensado para un representante de Dios. Pasó toda la noche y mañana siguiente pensando y repasando su discurso, cambió varias veces contenido, el enfoque en 1º persona, si lo tuteaba o no; luego de comer un bocado comenzó la elección de su vestimenta, si ir informal o cargar todos sus atuendos representativos; terminó eligiendo su mejor casulla y el crucifijo más grande!, como para todos distingan desde lejos su representación a Dios.
Ni bien entró al boliche, ubico muy rápido a Braian Garcia, ya que en ese horario corre la sagrada siesta y todos los habitantes la respetan!. Sentado piernas abiertas, mas bien como ubicado en reposera de playa, de civil, tomando un vino y sin soltar el vaso con mano derecha, dice:
_Como anda el curita?.
José no contestó, solo emitió una leve sonrisa tratando de disimular su nerviosismo. Se sentó en la silla en frente, carraspeó su garganta e intentó desparramar toda su verborragia; Garcia, aun siendo tan joven, manejaba muy bien su rol de torturador; eso que casi nunca te enseñan en las escuelas de policías, te sale solo por mal parido o porque te lo hicieron a vos!, no lo dejó ni picar, lo sacó de contexto, se le fue por la tangente:
_ A vé, de donde sacó usté que Baltasar era negro?.
_Yo lo estuve gugleando y dice que fue invento de lo gallegos hace una pila de año.
_Bueno Don Garcia, dejando de lado todas las versiones habidas en torno al nacimiento de Jesús, nosotros adoptamos la más conocida en la cultura hispana; donde Baltasar era un Rey Africano y como la mayoría de ellos, de piel oscura.
_Etá don cura, te la hago corta, mi pibe si hace de Melchor va, sino no!.
Es cuando Jose da cuenta, que esta pequeña reunión no es para charlar sobre el tema, Don García está encaprichado y su hijo no debe tener ni idea de esta discusión. De nada sirve entablar enfrentamiento entre la Santa Inquisición y Poder Policial, por una representación teatral sobre el nacimiento de Jesus!.
_Bueno Don Garcia, dígale a su señora esposa que se comunique con la señora Mercedes, así cambian el traje.
_No, digaselo usté, yo no la dejo a la Negra que hable con esa vieja cogotuda. Parece que siempre etá sintiendo mal olor cuando habla con nosotro.
Se saludaron respetuosamente, José hizo una reverencia colocando su mano derecha en su cintura y Garcia le contestó un chau cura, haciendo la V de la victoria. José salió disparado del boliche, renegando de su bendita idea y mascullando supuestas explicaciones para Mercedes, al informar el cambio de roles; opto por mensaje de Whatsapp, para no repetirlo varias veces a todos los participantes.
Jose-*A pedido del señor Garcia, Kevin va vestido de Melchor y Eloy de Baltasar*
Jose-*Señora Mercedes, cuando tenga listo la vestimenta, me avisa y paso a retirarlo*
Por unas horas no hubo mensaje alguno al grupo Pesebre, pero en privado estaban saturando el 3G con audios, comentarios, acusaciones y demás chusmerío como en todo pueblo. Hasta que la Señora Mercedes, por esa mala costumbre de chatear en varios grupos a la vez, comete el fatídico error!.
Mercedes AP-*viste Maca que te dije*.
Mercedes AP-*estos negros kukas simpre te joden la vida*.
Nunca, desde que se conoce el chat por Whatsapp, un mensaje tuvo la correspondiente respuesta, en tan solo 45 segundos.
BGarci-*SE KIVOCO E GFRUP SENORA*.
Como efecto rebote, a partir de ese mensaje se vieron los siguientes:
Mercedes AP salió del grupo.
Macarena salió del grupo.
Nora salió del grupo.
Lorena salió del grupo.
José, casi en pose de estatua de sal como Edith, pero con los ojos desorbitados, dejó el celular en el piso y agarrándose la cabeza con las dos manos, elevando la vista al cielo en busca del Señor exclamó:
_Me cago en la reputamadrequeloremilpario que vieja argolluda!.
Al día siguiente, nadie creía que se llevaría a cabo el Pesebre Viviente; pero en estos casos siempre prima el Espíritu Navideño y como si no hubiese ocurrido nada, en los horarios previstos y acordados luego de la misa el sábado, se evocó el Nacimiento número 2018.
La nota de humor, estuvo a cargo de Julito, a quien le toco ser la parte trasera del burro, y calzando botines de futbol imitaba el paso de la Pantera Rosa; cuando ingresan Los Reyes Magos el murmullo en los presentes fue atormentador; todo el evento fue filmado y subido a Facebook en 15 publicaciones y de los 500 comentarios, 450 fueron la pregunta: Melchor era negro?; obviamente, y por la dudas, nadie contestó esa pregunta.
A la Señora Mercedes, no se la vio más por el pueblo; sus allegados comentan que está de vacaciones en la casa de la playa y seguirá por todo el verano; las malas lenguas dicen que se guardó en la ciudad hasta que se calmen las aguas o reubiquen al Oficial Garcia.
Destruir señales, es un delito! 27/04/2008
Quien no recuerda esos tiempos, donde “privatizar” era de otro mundo, donde grandes y pequeñas organizaciones del estado, mejoraban nuestros servicios. Si, ya sé, es historia antigua, no hay regreso posible de esos agujeros negros!. Pero me agrada añorar lo bueno, como para matizar lo malo. De allí que recuerdo cuando niño, me intrigaba ese cartel plantado por D.V.N. que sobre fondo blanco y en letras de imprenta negras decía: “Destruir señales es un delito”, un claro mensaje; tal vez algo desafiante a quienes no les importa demasiado cometer delitos o creen ser in imputables; pero conciso, las señales son del pueblo y destruirlas, es cometer delito contra el pueblo.
Es más, lo que no concebía, era que alguien normal, deseara destruir señales que nos servían a todos!; y como servían!. Ya, con demasiada privatización bajo el puente, no volví a divisar ni uno solo de esos carteles a las orillas de nuestras rutas argentinas. Por el contrario, las pocas señales que sobreviven a la devastadora acción del tiempo y el poco mantenimiento, hace casi imposible viajar por nuestras rutas, sin conocerlas o sin un moderno GPS. Aunque lo tragicómico, es encontrar señales mal ubicadas!; el pasado fin de semana, cometimos el grave error de tomar una ruta alternativa, debido a la poca visibilidad a causa del humo en las conocidas; desviamos por una autopista, que según comentaron, hace como 20 años que sigue en construcción, con desvíos de un carril a otro, señalizados con un cartel fondo rojo, una flecha en color negro y la escueta leyenda “DESVIO”, no está nada mal!, pero no sería mejor instalar ese cartel, a 150metros del mismísimo desvío?; son bastante notables las marcas de los supuestamente automovilistas, que bloquearon el freno de sus automóviles, para no caer en una zanja!.
En la misma autovía, encontramos 10 rotondas, a ninguna le precedía alguna señal; en cada una de ellas era cómico ver carteles con un apellido; suponíamos que eran pueblos, parajes o pequeñas ciudades, que al no figurar en nuestro mapa también podría insinuar, que allí se encuentra la tumba de ese buen señor!, porque no, la propiedad rural de ese agraciado señor!, pero solo después de mil metros, lográbamos ver a cinco metros de altura, las próximas localidades con sus respectivas distancias!. Pregunto: quien asesora a los obreros que instalan esas señales?; debido a que caprichos o caprichoso ingeniero civil se dictan las ubicaciones?; a que trastornado se le puede antojar plantar señales, para que nadie las vea?; en que vehículo debo movilizarme, para poder regresar después de equivocar una salida, sin recorrer 50kilómetros de más?; que recurso debo implorar, cuando la niebla o el humo no dan visibilidad, ni posibilidad de orientarse?. No quiero suponer, que dichas señales están plantadas, desde que la mayoría de los viajeros, utilizaban su correspondiente móvil de tracción a sangre!, que con un solo SHOOOOO!, tirando las riendas, podían des andar su camino, sin correr el riesgo de ser arrollado por un enorme transporte de carga de 40 toneladas, disparadas a 80km/h!.
Y planteo una más, de las tantas paradojas legales: Si “destruir señales es un delito”, señalizar mal, ¿no es “terrorismo”?.
En fin, todo depende de nuestra suerte o destino; por esa misma vía, destruimos una cubierta de nuestro automóvil, contra el único bache que obviamente, no estaba señalizado!; oramos e invocamos a todos los dioses, santos conocidos, hasta dioses paganos y no reconocidos por La Iglesia Católica, ya que la banquina era tan estrecha, que debimos plantar el “gato” haciendo un perfecto equilibrio, en 75° a tan solo 30 centímetros del asfalto, sintiendo las vibraciones en todo nuestro cuerpo, cuando pesados camiones esquivaban el mismo bache asesino, en un tramo de doble vía.
Ya repuesta la cubierta y totalmente alterados, erramos la colectora a la Ruta 7; como es nuestra costumbre, nos perdimos por la localidad de Lujan, encontrando la Basílica tan solo por nuestra fe! (la misma donde con la Gallega sellamos religiosamente nuestro matrimonio, o sea, “me equivoqué” dos veces en el mismo lugar!, y eso es muy grave!); agradecimos, sacamos las obligadas fotografías correspondientes y retomamos la Odisea, ya mejor orientados!.
No es soñar con el primer mundo!, pero luego de ver el informe de los centro americanos, sorteando destino por México, para llegar a su sueño Americano; la verdad, pero la verdad!, no se, de que me quejo!, en comparación, lo nuestro es un simple deporte.
Mamá Noel y yo, Rodolfo. 24/12/1989 (Un cuento de Navidad)
Hoy es noche buena, de temprano comenzó la carga de artesanías al Gordini, las cuales repartiríamos en la tarde antes de viajar a Firmat y la señora me anuncia el derrotero a seguir:
_Paco nada de dormir siesta!, salimos después de comer enseguida, repartimos los regalos a mis amigas y nos vamos de los viejos.
Almorzamos rápido, nuestros niños siguen atentos la velocidad de su madre en los preparativos; demora algo más de lo normal en vestirse, pero es entendible al verla salir. Se calzó esa minifalda de jean blanca que resalta toda su figura, y muestra más de lo aconsejable para mi gusto; una remera que no tenía registrada, muy ajustada al cuerpo, que sin ser traslúcida moldea sus pechos erguidos llamativamente; un nuevo corte de cabello, nuevos reflejos; ya carga un bronceado caribe en todo lo visible, que resalta a un más la vestimenta en colores claros y dorados; usa chatitas doradas, toda su biyuterie en plateado incluyendo unos aros enormes en forma de media luna; en resumen, un árbol de Navidad de carne y hueso; que como en la mayoría de los casos, solo se puede observar embelesado, sin tocar aunque nos duela de ganas, y debemos esperar autorización para tomar sus regalos!.
Por suerte nos toca un hermoso día de sol en diciembre, que a las 14 horas no es recomendable andar por la ruta, ni para las iguanas!.
_Primero vamos de Inés. Paro enfrente de su casa.
_Nos bajamos?, pregunta Horacio.
_No no, ustedes esperen arriba el auto que yo hago rápido.
Busco mover el Gordini bajo la sombra, porque ya la conozco; cuando cruzan palabras con sus amigas, es imposible medir el tiempo!. No controlaba mi reloj pues no resulta productivo, pero el rápido de Yanet fueron 20 minutos mas o menos; para mantener ocupados a nuestros hijos, comenzamos cantando todo el repertorio infantil, pero en la cuarta o quinta detención ya llevábamos como hora y media, habíamos seguido con las de Leon Gieco, Facundo Cabral, Antonio Tarragó; cuando se acabó el cancionero e intentábamos repetir alguna, Horacio en tono judicial:
_Esa ya la cantaste, Papá!. O sea, se estaba complicando; ya que nuestro niño mayor, además de su capacidad en memorizar cuentos y canciones, no admite repetición!.
_Porqué Mamá demora tanto?.
_Ya les dijo que está repartiendo los regalos de Papa Noel!.
_Y porque no se los reparte Papa Noel esta noche?.
Ahí me trabé!, si seguía aclarando nos descubría Horacio; Juanpi y Belu eran por ahora mas crédulos, pero el ya era bastante rápido para entender los errores en sus padres!.
_Porque Papá Noel solo les reparte a los niños!.
_Y porqué en el pino también hay regalos para ustedes, si ya no son niños?.
_Bueno Horacito!, después le preguntamos; ahí viene Mamá.
Veo saliendo a la Gallega, despidiéndose, pero me llama la atención el abrazo que le encaja el marido de su amiga, por reflejo y diferencia de altura que la lleva a pararse en puntas de pie, se levanta su escueta minifalda; no sé si es mi paranoia, pero me pareció ver su ropa interior, se dan beso en la mejilla y cuando da la vuelta para retirarse, detecto la mirada lasciva de un nuevo enemigo a las caderas de mi mujer!. Seguramente me puse colorado de celos, o tal vez era colorado por el sol que me pegó dentro del auto?, como siempre mi nariz acopiaba más bronceado, ya que por ser la parte prominente de mi cara, solo un sombrero mexicano me protegería algo!.
_Que te pasa a vos?, porqué me miras con esa cara?.
_Que abrazo efusivo, no?.
_Ah, déjate de joder Paco; dale vamos que ya se hizo tarde!. Me contesta acompañada de una sonrisa burlona.
Por un momento me subía tal rabia, anulando mi poco buen humor, produciendo un clima infernal; pero triunfó el Espíritu Navideño!; ella sintiéndose Mama Noel y yo, Rodolfo; el reno de nariz roja con los cuernos más grandes en toda la comarca!.
La Bestia. 11/07/1985.
Lo comento con mi compadre Huguito, que sabiendo mi poder adquisitivo sugiere su preferencia por uno de esos refrigerados por aire de bajo mantenimiento; según Javier, un amigo en común, los podías desarmar en el jardín de tu casa; o sea, ya está haciendo futurología, el único inconveniente es que no me atrevía a tanto, pero el siempre positivo dijo:
_No te hagas drama!, yo tengo manuales de despiece de casi todos los autos viejos. Claro, el padre tiene una casa de autopartes y él no le hace asco a nada!; a desarmado todo lo que cayó en sus manos. Así que acordamos el viaje con Hugo en su Renault 4L y pasamos a buscar a Javier, que con los clasificados del diario La Capital nos ayuda a buscar un auto. Como es costumbre, comienzo por lo más lindo: Peugeot 404, Renault 4L, Fiat 600; pero es inútil, con mi presupuesto, no llego ni a la mitad de esos, por lo que Javier me aconseja:
_Bajá un cacho Paco, mas vale encará por: dame toda esta plata en auto!.
Si, es la mejor opción, entonces empezamos a buscar por la cantidad que yo disponía e íbamos recorriendo por los barrios, ya que en los clasificados no se veían de este monto. En la calle Italia vemos varios, por lo que nos separamos a preguntar para hacer más rápido; toco timbre en una casa donde sobre la vereda estaba con un tarrito arriba, un Renault Gordini (o lo que parecía un Gordini), abollado por donde lo miraras, color verde oliva mesclado con oxido, totalmente desmantelado por dentro, solo las dos butacas delanteras y volante deportivo. El dueño me lo pintó como un auto económico, que nunca tuvo problemas; después me cuenta de su abono de grúa, de su amigo mecánico; estaba escuchando el famoso doble discurso, igual desoí los comentarios de mis amigos, ya que me alcanzaba para pagar y me sobraba algo para reparaciones; que puede salir mal!.
Después de cerrar el negocio, volvemos a mirarlo en la vereda; lo único que tenía impecable era una calcomanía con la leyenda: “No soy Falcon verde, ni lo quiero ser”.
Nos despedimos con la promesa, de volver el viernes, a pagarle y llevar el auto; después nos enteramos que el flaco dueño del auto, le había comentado a su mujer: este no vuelve más!; claro, no me conocía, nunca imaginó alguien tan temerario, que se llevara La Bestia. Cuando llegué a casa comentando mi posible negocio, todos me miraron con desconfianza, era medio increíble un auto por ese precio; siempre tratando de justificar mis acciones, oculté un poco los detalles, solo aseguré que estaba en marcha, funcionando normalmente y tenia toda la documentación en regla.
El viernes salimos con Hugo y mi hermano Yimi, viajando en colectivo para ahorrar algo, con todo el efectivo a buscarlo. Ni bien nos recibió la familia del dueño, parecían tan felices!, como quien recibe una gran noticia!; mi hermano empieza con sus comentarios irónicos cuando vé lo que era el auto!. Nos sentamos en el comedor de su casa, hicimos el boleto de compra venta, me comenta que lo vende para poder pagar la instalación de gas natural, que de otra forma, nunca lo vendería; nos despedimos, me da las últimas recomendaciones y más dramáticas: la llave de luces original, se quemó, pero tenés una llavecita colgada abajo del tablero para encenderlas; el caño de escape tiene un agujero, por eso hace tanto ruido; el cuenta kilómetros no anda; las puertas traseras no cierran bien; y como para cortar la lluvia de malas noticias, pregunto:
_Y la bocina?.
_Ah no, la bocina es lo único que no hace ruido.
Me dá un lote de repuestos para frenos y nos saluda toda la familia del flaco, como si despidieran a un integrante más, un pariente!. Salimos rumbo a nuestro pueblo, ni bien llegamos a la Avenida Ovidio Lagos, se apagan las luces delanteras!. Nos detenemos en una estación de servicio, probamos algunas posibilidades sin solución alguna; nadie en su sano juicio, intentaría viajar 60 kms de noche!, yo sí; era peor no poder volver sin avisar a la familia, esperar luz solar al día siguiente o dejar abandonado a la Bestia en el peor barrio de Rosario. Por suerte Huguito había traído una linterna; además gran parte del camino nos chupamos detrás de un camión que viajaba despacio. El viaje se torna demasiado largo y peligroso: si bien la temperatura es muy baja, no podemos cerrar las ventanillas pues los gases del escape viene directo al habitáculo; mi hermano Yimi, sentado en un cajón de madera viene con los brazos extendidos sujetando las puertas traseras para que no se abran en pose de crucificado; debido al enorme ruido de escape libre, no se le entiende nada, solo le veo los ojos con lágrimas aun riéndose, pero supongo me viene insultando; Hugo riéndose a carcajadas viene con su brazo derecho cuasi congelado, alumbrando con una linterna la línea de la banquina; por los agujeros de los pedales, viene una ráfaga polar que ya me congeló los genitales; me arden los ojos por los gases y por el terrible esfuerzo que hago para observar la ruta; como tampoco funciona el medidor de combustible, y no pude llenar el tanque por razones económicas obvias, la incertidumbre es total!. Pero llegamos sanos!. Dejo a Hugo y Yimi con el sacro juramento:
_Con vos, nunca más Paco!. Buscate otro acompañante tan loco como vos.
Cuando entro a la cochera en casa de mis padres, salen todos recibir mi adquisición; eran bromas, cargadas, preguntas insidiosas sobre que pensaba hacer con “eso”; pero realmente se puso áspero el clima, cuando la Yanet lo vió!; hizo un gesto como de olfatear olor desagradable, giró bruscamente en 180 grados, y a pasos largos se metió en la habitación para no insultarme.
Haciendo un balance sobre mi compra, es aceptable los números finales; pero en realidad, demasiado caro con la Gallega, no me dirigió la palabra por una semana, ni me autorizó sexo por más de quince días!.
Te toque trompeta. 14/12/1974
_Así que vas a comprar un saco?, y con qué plata?. Siempre estaba la economía familiar al borde del quiebre; pero como había estado ahorrando para el viaje de egresados, aseguré que disponía de los fondos suficientes. Mentira!, para el viaje de egresados no me alcanzaba, así que priorizando mis necesidades, ya tenía decidido gastar lo necesario para la fiesta y después vería el tema del viaje. Para no viajar solo, invité a mi hermano Yimi al tours de compras; cargamos combustible al Renault Dauphine y partimos hacia Rosario con mi flamante carnet de conducir, acompañado de mi hermano menor de edad que cargaba coraje de adulto!.
Llegamos al centro, estacionamos y nos dirigimos a la famosa casa de moda masculina Thompson & Williams; arrancamos eligiendo lo más caro, ambo cruzado con pantalón, cuando el vendedor me trasmitía el costo, ensayaba un gesto de disconformidad, mi hermano asentía con la cabeza, y pasábamos a otro modelo como seleccionando en base a un gusto muy personal de colores y cortes, cuando en realidad, era de acuerdo a la cantidad de dinero que tenía en mis bolsillos!. Luego de varios minutos encontré un llamativo saco sport negro, con cuadros formados por rayas en distintos colores; para este me alcanza!, consulté a mi hermano, me tiró una mirada y sonriendo me dice:
_Vos te va a poner eso?. Y si, era muy llamativo, pero era lo único que estaba a mi alcance. Me lo probé, llamaron al modisto para que lo ajuste a mis medidas, pagué y nos retiramos chochos con la compra. Ya que era temprano, pasamos a visitar a mis amigos Gerardo y Claudio, que estaban estudiando en Rosario y vivían en un departamento cerca de ahí. Estuvimos conversando un rato largo y decidieron aprovechar el viaje pues era viernes, para volver con nosotros a Bigand. Juntaron sus bolsos, fuimos hasta el estacionamiento partiendo casi al mediodía a nuestro pueblo. La ruta no estaba muy concurrida, así que ponía el Dauphine en su velocidad crucero, que no era huuu! la velocidad, pero la suficiente para recorrer los 70 kms en hora y media. En un momento, Yimi empieza a insistir en que le ceda el volante, ya que estaba aprendiendo a conducir aun con sus 15 años cumplidos; como no había nadie que se oponga al cambio, paramos a mitad de camino entre Arminda y Mugueta; hacemos el cambio, retomamos la ruta y mi hermanito, siempre tan temerario, va acelerando el auto casi a su velocidad máxima, 90 kms/hora; no sé a que velocidad llegó en la bajada del monte de duraznos, ya que el velocímetro no era muy confiable, pero para el viejo Dauphine era como demasiado!. Cuando estábamos llegando a la segunda entrada de Mugueta, veo al ómnibus de la Compañía Santafecina que esta por entrar a la ruta.
_Yimi, guarda el colectivo, afloja el pedal!.
_Ah, mirá si no me va a ver!.
_No sé, pero frená un poco boludo!. Si habría un medidor de porfiados en nuestra familia Achaval Fratini, es mi hermanito Yimi quien ostenta el mejor marcador; en lugar de aminorar la marcha, le da dos bocinazos como alertando: “aca vengo yo con mi super Renault Dauphine”, que debido a la rotura de una de las bocinas originales 1965, solo emitía un pitido con menos decibeles que una trompetita de juguete. No, no nos vió!, cuando ya estaba el largo costado del ómnibus tapando todo el ancho de la ruta, Yimi solo atinó a girar el volante a la derecha y comenzó la carrera mortal por la banquina!. Salvando las odiosas comparaciones, el clima dentro del auto fue muy similar a las batallas aéreas de la Segunda Guerra Mundial, sentados en la trompa de un Boeing B-29, viendo como todo se nos venia encima; las expectativas de vida o muerte eran las mismas, el griterío con órdenes opuestas eran recurrentes:
_Frená boludo!.
_No, no frené en la banquina!.
_No lo subá a la rutaaaaaa.
_No me grité tarado!, soltameeee.
_Pará que no matamos!. Simplemente me aferré al asiento, contemplé a mi hermano que aferrado al volante, a los saltos sobre su asiento, parecía montado en un toro mecánico; culpa de los ventiletes abiertos como deflectores para recibir mas aire, nos pegaban en la cara trozos de cardos que arrancaba de la banquina; el ruido a latas golpeando debido a las irregularidades del camino, eran aterradores!. Cuando vemos una señal de transito justo en nuestro camino, pega un fuerte giro a la izquierda; al volver en ruta y debido a la velocidad, hace un medio trompo volviendo otra vez a la banquina a cosechar esquirlas de cardos!. Fueron apenas unos segundos, pero eternos!; cuando ya perdió velocidad solo por arrasar con todas las plantas de cardos salvajes en 100 metros, nos tiramos del auto, menos mis 2 amigos que viajaban atrás, que totalmente cubiertos de cardos, trataban de sacudirse la carga; solo me dedique a evaluar las posibles roturas del Dauphine, pues sería difícil explicar al dueño del auto, donde nos habíamos metido!; Yimi esperó al ómnibus para insultarlo en todos los idiomas. El conductor frena, abre la puerta e intenta pedir disculpas:
_Disculpame pibe!, no te ví. Mi hermano, que viajaba a torso descubierto, bastante musculoso para su edad, con un despeinado importante y cubierto de trozos de cardo, le grita:
_Que no me va a ver pelotudo!, no viste que te toque trompeta!. Si, fue tragicómico escuchar la confusión de sustantivo de parte de mi hermano, y anecdótico, porque no nos matamos!; pero el espectáculo que brindamos a los pasajeros de la Santafecina, será comentado por varios años. Volvimos al pueblo, dejamos primero a Gerardo que despidiéndose nos dijo:
_Gracias por el viaje, loco!; pero la próxima vez que maneje Yimi, yo paso!. Luego se baja Claudio y comenta:
_Bueno, voy a cambiar mis calzones, porque creo que me cagué encima!.
Ni bien llegamos a nuestra casa, nos abocamos por completo a limpiar el Dauphine con mucha prolijidad; obviamente acordamos un pacto de silencio con mi hermano, como acá nunca paso nada!, pero siempre algo falla, al día siguiente mi padre pregunta:
_Donde te metiste con el auto?, encontré una planta de cardo clavada en el tren delantero. Solo intenté una mueca para disimular, como: no se de que hablas!; por suerte, él pensó que uno de nosotros había andado por el campo usando al Dauphine como bulín y no siguió preguntando!.
Papá!. 17/11/1985
_Que hermosa estas!.
Realmente lo dije con toda mi expresión, no oculto mi adoración por su figura, aunque a veces no suene bien, pues pueda presentir un orgullo machista u ostentarla de mi propiedad, es la madre de mis tres hijos, y no puedo dejar de sentirme feliz por eso!. Pero sin dejar de clavarme sus temerarios ojos negros, simulando un acto de bailarina española; esa pose de flamenco que levanta el brazo derecho curvándolo, girando su cabeza al mismo lado, su brazo izquierdo extendido hacia abajo y dando un golpe de tacón, me tira un:
_No se para que mierda me visto con mi mejor ropa, si con el calor que va hacer en ese auto de mierda, voy a llegar toda transpirada y despeinada!.
Si, en verdad tiene toda la razón, pero es lo que hay; así que me encojo de hombros y escucho a su abuela Mercedes, que meneando la cabeza dice:
_Ay esta Yanecita!.
Descubrí que mi Gallega, resulta ser el mejor antídoto para contrarrestar mi superego; ni bien presiente que mi ego intenta un límite más que el inferior, lo parte en mil pedazos, y no conforme con eso, entierra bajo todos sus prejuicios pedacito por pedacito, por si intento armar lo que queda por el suelo!.
Subimos los cuatro a nuestro Renault Gordini, bajo ceremonia de despedidas y señal de la cruz cristiana de parte de la abuela Mercedes, partiendo por la Ruta Nacional 33 rumbo a Casilda. Como era de esperar, por cada 5 kilómetros recorridos, subía un grado de temperatura el ambiente dentro del habitáculo, Belu (la bebe), en brazos de su madre, le sumaba algo más de temperatura al clima estival; por suerte Juanpi, el más calmo de todos, prefería viajar atrás, pero parado contra los asientos delanteros, visualizando todo el paisaje perfectamente, ya que la velocidad crucero de 60 kms/hora daba tiempo de contar las mariposas que cruzábamos por el camino; el único inconveniente se presentaba cuando pretendía mirar por el espejo retrovisor interior, solo veía su carita con sonrisa chueca y su corte de pelo a lo Carlitos Balá.
Cuando íbamos llegando a Sanford, el pueblo unos kilómetros antes de Casilda, el clima era bastante denso, los ánimos de mi Gallega eran incuestionables, y se sumergía en un profundo silencio, eso solo era presagio de guerra!; aminoro la marcha para detenerme en el primer semáforo y siento a Juanpi tocándome el hombro con su dedito índice:
_Papá, papo.
No se le entendía muy bien al pobre, no habla mucho, culpa de su problema mandibular no abre bien la boca, le cuesta mucho emitir algunos vocablos; eso no lo imposibilita por darse a entender, ya que siempre cuenta con su hermano mayor, su intérprete consanguíneo, que justamente no estaba con nosotros.
_Que pasa Juanpi?.
_Papo Papá!.
Mirando por el espejo retrovisor lo veo con carita de preocupación, ya no tiene su habitual sonrisa.
_No te entiendo Juanpi, que querés?.
Yanet que venia jugando con Belu, ese montoncito de rulos y ojos, nota nuestra pequeña conversación y pregunta:
_Que le pasa?.
_No se, que se yo, creo que dice papo.
Es cuando ya agregándole más volumen a su vocecita y algunas lágrimas, me toma el hombro con toda su mano.
_Tí, papo Papá.
Ya medio molesto, no entendía lo que le pasaba, giro la cabeza para hablar con el; su mirada de desesperación hacia la luneta de nuestro Gordini, arrastra la mía y ahí entiendo por fin!.
_Un sapo!.
Creo que si hubiese gritado fuego, no resultaría tan espantoso para la Gallega. Veo a un gran sapo verde amarillento, saltando en la luneta sobre el regalo de cumpleaños!. Baje del asfalto, nos tiramos del auto rápidamente, Yanet dando pequeños saltitos y enormes alaridos con Belu en brazos, saco a Juanpi por arriba de los asientos delanteros y nos quedamos los cuatro mirando el rotoso Gordini, casi como viendo un bote que se hunde y lo pierdes en el fondo del lago!. Yanet ve a una vecina sentada en la vereda, la cual ya se arrimaba a preguntar cual era el accidente y le pide:
_Ay señora, no me presta una escoba?.
La petición desconcertó a la señora; a quien se le ocurre detener un auto en la banquina y pedir una escoba!.
_Una escoba?.
Claro, la repregunta era de esperar:
_Para que quieren una escoba?.
Yanet casi a los gritos, como si la señora fuera hipoacúsica.
_Si, una escoba para sacar un sapo!.
Ahora si, la señora estaba más confundida que antes!.
_Un sapo?, en el auto?.
Y ahí viene planeando la factura atrasada de Yanet, con intereses y moratoria incluida:
_Si, si, este auto de mierda hasta sapos tiene!.
Por más que fehacientemente se, lo dice para ofenderme, es cierto, a quien le aparece un sapo saltando en la luneta del auto?. La mayoría prefiere un perrito que mueve la cabeza; un payasito con cuerpo de resorte; un gatito de peluche; pero, un sapo gordo y con vida?, solo a nosotros nos puede pasar.
Con ayuda de una escoba, logre convencer a don sapo bajarse de nuestro auto y supongo por mucho tiempo fue literalmente tildado como “sapo de otro pozo”. Continuamos el viaje a Casilda y vaya a saber uno por que misterioso hechizo, la Gallega había cambiado su humor; no hacía más que reírse y repetir:
_Un sapo en el auto!, no, no.
Mirándome con sonrisa burlona, sacudiendo su hermosa cabellera hacia ambos lados. Me duele la burla, pero el solo hecho de verla más animada, me alegra el resto del viaje!. Obviamente, al llegar a destino, luego de los saludos correspondientes, la Gallega se encargó de relatar con lujo en detalles, el anecdótico viaje; menos el supuesto paso de un sapo sobre el regalo de cumpleaños
Tirale arena!. 13/02/1995
Ya llevábamos una semana en Las Grutas, y habíamos escuchado de una playa cercana, donde según nos contaron, había mejor arena y mucho más playa en marea baja; cuando La Gallega recibía semejante dato turístico, se ponía como fiera cebada con carne humana; podías distraerla con oro, pero volvía a encarar el tema una y otra vez hasta ganarme por cansancio; así que insultando mi suerte, comunique a mi familia que mañana saldríamos temprano a buscar la playa Piedras Coloradas.
Ni bien salimos del camino asfaltado, empecé a mirar el piso con miedo; las piedras puntiagudas era enormes, nuestro Renault Gordini demasiado bajo, gracias a la cantidad de kilos que cargaba; además tenía bien claro que una simple rotura, sin herramientas necesarias, en el medio de la nada, era demasiado temerario!.
Nos habían asegurado que eran solamente 5 kilómetros de distancia, pero a nuestra velocidad crucero por ripio, era casi una hora de viaje; las respectivas preguntas de toda la familia:
_Falta mucho?.
Ya estaban exasperando los ánimos, el calor adentro del Gordini era sofocante, no alcanzaban las ventanillas para insuflar aire a los pasajeros, y por fin vemos el cartel con una flecha que indicaba: Piedras Coloradas!. Ni bien detuve la marcha, en algo similar a un estacionamiento, pues solo había un Renault 12 y sin nadie a la vista, surgió la pregunta:
_Será acá la playa?.
Contesté solo con una mirada burlona, pues si esta no era, no pensaba seguir de safari por este desierto. Así que comenzamos la rutina de bajar el campamento de nuestro Gordini y acomodarnos más cerca del mar, ya que la marea estaba muy baja. Notamos una briza bastante fuerte soplando desde el mar, no teníamos demasiada información si eso era normal!; igual nos instalamos donde decidió la jefa, a pleno sol y sin sombra, ya que con la pequeña briza, seria misión imposible mantener cualquier sombrilla.
_Ustedes vayan a caminar por las piedras, yo me quedo aquí tomando sol. Dijo La Gallega; por lo tanto obedecimos, y salimos a buscar pulpitos por las piedras, ya que también nos sugirieron ese tipo de pesca; todo nuevo, nunca habíamos visto un pulpo en vivo!.
Cuando ya estábamos en mediodía, mis hijos comenzaron a preguntar por la comida:
_No veo nada cerca para comprar comida, así que lo único que tenemos son seis panes de panchos y seis salchichas.
_Y donde las vas a cocinar Papi?.
_Tengo el calentador y la olla en el baúl del auto. Así que al volver donde supuestamente estaba Yanet, fui hasta el auto y traje todo para cocinar las salchichas.
_Trajiste todo Paco, porque el muchacho que atiende el puesto, solo vende agua mineral.
Me señaló un pequeño quincho en madera, y vi al vendedor!. Era un flaco con esos físicos que son la envidia de todo hombre; alto, bronceado color cobre, musculoso, con malla demasiado ajustada en las ingles; y por supuesto que ya la Señora tenía todos los datos y referencias del lugar, ya que había estado conversando con él; como ya la conozco, tengo visto ese tipo de miradas; que en otros tiempos era solo para mí, pero el tiempo pasa y vamos perdiendo el encanto; por lo que debemos lidiar con esos flirteos o morir de angustia. Cuando este muchacho paso corriendo delante nuestro para ir al mar, ella muy certera dice:
_!Que físico!.
Se que puede ser solo para darme celos, veníamos mal en la relación de pareja, eso sumado a la poca intimidad durante los días de vacaciones, ya que dormíamos los cinco en la misma carpa, ya parecíamos socios en desgracia, más que un matrimonio con hijos. Puse en práctica toda mi ironía y le contesté:
_Umm, seguro que algún defecto tiene Mami, no?.
Obvio que se hizo la ofendida al verse en offside, se puso de pie frente a la briza del mar, dejando ver toda su figura esbelta, con su abundante cabellera ondeando al viento y si!, la amo demasiado para perderla por una escena de celos; es mi único vicio, mi talón de Aquiles; y aunque a veces parece salida del mismísimo infierno, es mi único cielo!.
Mis hijos insisten por el almuerzo, así que dispongo a encender el calentador a gas; pero con semejante viento era imposible; tampoco veo un lugar al reparo, por lo que se me ocurre la brillante idea de meter el calentador, dentro de un balde plástico!. Puedo encenderlo, me siento a ver hervir las salchichas, tranquilo ya que había superado el obstáculo; fueron unos minutos, pues había puesto la llave al máximo, comienza a hervir el agua y de repente veo llamaradas que venían de abajo del balde!. Me tildé, quedé paralizado ante semejante horror; por suerte mis hijos se alejaron gritando, yo ni siquiera pedía auxilio; escucho una voz del más allá que grita:
_Tirale arena!.
Recién ahí reaccione, era con arena que se asfixia al fuego; que animal, si ya en la escuela primaria me habían enseñado para que eran esos baldes rojos con arena!, y estaba rodeado de miles de metros cúbicos de arena. Cuando se apagó, se arrimó la voz del más allá, que era otro turista, riéndose del flaco estúpido que casi explota un calentador a gas!.
_Que susto flaco, no?.
_Si, gracias por el consejo a tiempo, amigo; pero me bloquié.
_Si, es cierto, a todos nos pasó en algún momento; tranquilo pibe, ya pasó.
Volví agradecer su inapreciable ayuda, y me desinflé en la arena, solté miles de insultos a mi interior, no podía ser más pelotúdo (si, con mucho énfasis en el acento prosódico); puse a toda mi familia en riesgo, a mi único tesoro; ahí en el medio de la nada, ninguno de nuestras familias sabian por donde andábamos!; me sentí menos que Gregorio Samsa, casi al borde del llanto. Se arrima La Gallega, no sé si con ternura o sobrándome, me acaricia los hombros y lanza el:
_Habrá quedado algo para comer?.
Nos arrimamos nuevamente a ver que existía del almuerzo, se veían bien cocidas las salchichas, así que armamos los panchos y nos sentamos almorzar. Eso si, estaban algo crocantes los panchos, tenían algo de arena como condimento!.
Picando en el área. 06/07/1980
La Naturaleza es caprichosa.09/07/2007
Amaneció un domingo triste y complicado, ya como buen viejo (pensar que nos asombraba nuestro abuelo Manuel, con esa manía de levantarse temprano sin ninguna obligación al respecto) me despierto sin el horrible sonar de mi despertador; preparo el mate con el cual despierto a mi Reina, pero debido a un fuerte dolor espalda y preocupantes mareos, se torna muy pesado el ambiente. Se suma a la inexorable partida de nuestros hijos en pos de su nueva familia, el frío, cielo muy gris, mi adicción por la escritura que no permite la atención de sus caprichos, van pasando las horas, atardece y terminamos la noche del domingo como casi todos, ella mirando algo en TV, yo sentado enfrente la PC; cuando mis ojos piden auxilio, me retiro a mi dormitorio, resignado a que mañana será peor!.
Sigo fiel en mi apreciación, la naturaleza es muy caprichosa!, pero en este 9 de julio me hizo un gran favor!, me tiró una soga!, me prestó su hombro!, me dio un aventón!, pues ya siendo altas horas de la noche, mi Gallega recibe el llamado de nuestro hijo mayor, asegurando que en su ciudad estaba nevando. A partir de ese momento todo parecía florecer, aun bajo nieve era posible olfatear su alegría; olvidó sus dolores, mareos y a los gritos como quien descubre haber ganado la lotería, salió a nuestro jardín para ver caer los primeros copos de agua nieve.
Nada simulaba vivir un día frío y gris, desenfundó su cámara digital, casi sin abrigo gritaba que la acompañe a sentir la nieve en el rostro; pedido que desoí y junto a nuestras 4 mascotas, mirábamos a través de la ventana su “danza de la nieve”: salir a la intemperie desprovista de abrigo, en lo posible dando pequeños saltos aniñados, levantar el rostro hacia el cielo y los brazos extendidos como imagen de Cristo Redentor, gritando continuamente
–nieeevaaaa, nieeeva siiiii nievaaaa.
Por supuesto que guardamos muchas mas anécdotas, pues su danza fue contagiosa con nuestra Belu, no conformándose con la nieve en casa, salieron a campo abierto, juntaron nieve para el pequeñín muñeco bigandense que adornó un florero por un par de días; luego las noticias por TV de nevada en casi todos los pueblos vecinos, mas comentarios de amigos llamándonos por teléfono por la rara precipitación en nuestra zona, dieron un drástico giro a la fría semana de julio.
Solo en raras oportunidades, los caprichos de la madre naturaleza, suelen acomodarnos la existencia!.
La Maza. 24/01/2008
Es casi una ecuación exacta, sin dudas ni puntos oscuros; cuando un accidente es posible, ocurrirá!, las nunca desactualizadas “Leyes de Murphy”. Es lo que me atormenta desde que tengo memoria, sufrir lesiones que pude prevenir, ya sea por ignorante o imprudente. El ultimo de los acontecimientos, me trastoco, no por la gravedad de la lesión, sino por la impotencia en predecirlo y evitarlo.
Comencé a diagramar la instalación eléctrica en obra, siempre recordando mis prácticas recetas, teniendo en cuenta lo que dicta la experiencia, de tanto renegar reparando instalaciones viejas, uno termina aprendiendo como realizar las nuevas.
Siguió mi disertación, sobre como manipular la peligrosa amoladora angular con disco de corte diamantado, de lo importante que es concentrarse en cada uno de los movimientos, mas teniendo en cuenta que las realizaría sobre un andamio; un descuido, confiar demasiado en tu buena suerte, presionar demasiado o en el ángulo equivocado y juegas a la ruleta rusa con todas las balas!. También recomendé el uso de mascara facial, casco, guantes protectores, calzado de seguridad y varios consejos teniendo en cuenta respirar de ves en cuando un poco de aire limpio. En realidad, se me fue la mano, al concluir los consejos, nadie quería tomar las herramientas; por unanimidad decidieron, que con la basta experiencia que acarreaba en mi persona, era el mas indicado para realizar la peligrosa tarea!; quien me manda abrir la boca?, otra ves sopa!, por lo que maldiciendo mi ego, acepte mi designio.
Rotábamos corte, descanso, golpes de maza y corta hierro, bebidas frías, descanso, aire puro, sucesivamente por tres largas horas, bajo sol ardiente y con temperatura ambiente de 25°; ya terminando, faltaba realizar el paso de una pared de 30 cms de una habitación a otra, tomo las herramientas adecuadas, subo a una escalera y comienzo el boquete. Llevaba ya como 20 minutos a golpes de maza, sin poder pasar al otro lado; cambio de ángulo y sigo insistiendo, descubro un viejo ladrillo de barro cosido, de esos recontra cocidos que toman un tono violáceo debido a las altas temperaturas; cambio la herramienta, tomo una maza mas pesada (de medio kilo) y caño metálico que voy girando mientras golpeó en movimientos cortos y precisos; nada!, avanzo a solo un milímetro por minuto, calculo el horario de conclusión y regreso al descanso, se hará demasiado tarde!; por lo que junto energías en el fondo de mi tozudez, extiendo mi brazo derecho recalculando golpe, distancia, fuerza de palanca y lanzo mi mejor golpe, letal, como para derribar pared completa, pero con demasiada mala suerte.
Aun después de veinte días, no logro descifrar mi error; la desgraciada maza de medio kilo, rebota sobre el caño, en forma irregular e irreverente, dibujando una elipse o parábola en forma transversal y opuesta a mi furioso envío, golpeando de plano en el pequeño lugar que descubría entre mis gafas protectoras y gorro; un segundo, décimas de segundos, no sé, da igual, en pocos minutos pasé por las cuatro estaciones del accidente leve.
En la primera cunde el asombro, la temida sorpresa, si hubiera fotografías, serían similar a la de Shrek y el burro ante la animación mecánica del castillo; sin soltar la maldita maza, bajo urgente por las escaleras mientras me dura la conciencia; paso a la siguiente estación, el rápido calculo de las lesiones, sin ser paramédico o recibido en primeros auxilios, si siento mis pies, dolor, olor, sonidos y no puedo atravesar paredes, se que sigo vivo!; detecto un liquido caliente que escurre sobre mi frente y ruego que sea solo sangre, veo gotas de líquido rojo caer al piso y digo para mi subconsciente, si!, es mi sangre; comienza otra estación, egocentritis (inflamación del ego), no puede ser que me pase a mi!, yo!, yo que soy tan minucioso y precavido!, que normalmente paso por cobarde ante el calculo de demasiados riesgos!; sigo caminando sin soltar la maza, regando marcas con mi sangre y paso a la ultima estación, la catarsis tragicómica; ante la insistente pregunta de mi cuñado (el dueño de la obra), ya que dejaron de escuchar mi estruendoso golpe de maza:
_Paco, necesitas alguna otra cosa?,y exclamo con vos tenue:
_Si, una ambulancia de emergencias!. Los gritos de mi Gallega y su cara de desesperación me confundieron un poco, pero recordé que normalmente exagera en sus comentarios, realiza la incongruente pregunta:
_Que te hiciste?, como si mi conciencia ya lo hubiese evaluado!; le respondí que para “tercer ojo”, era demasiado pequeño.
Siguieron minutos de risas, curaciones, agua sobre mi cabeza y rostro, mas risas, presintiendo que no se reían conmigo, sino de mi estupidez senil!.
Ya, solo es otra anecdótica historia, cumpliendo una vez más con la sugerencia de mis hijos:
_Paco, tenés que cargarlo en tu blog!.
La Foca Dorada. 16/11/2007
Recibo invitación formal, para un festejo del 75 aniversario, de la institución para la cual trabajo; como corresponde, hago la pertinente consulta al poder supremo, ya que personalmente no disfruto demasiado de este tipo de fiestas; no así mi Gallega, que siempre acusando poca vida social, ambiciona ser invitada de honor, aunque solo sea la inauguración de la estatua al pintor desconocido!.
Confirmado nuestra asistencia, comienzan los preparativos: cálculos de nuevos talles, combinación de colores en la indumentaria, diseño de calzado acorde al nivel de los demás invitados, ocultamiento de esas odiadas canas, cremas y maquillaje de estación, tamaño y material de accesorios, correspondiente aviso a familiares y amistades directas de nuestra ausencia domiciliaria, todo un verdadero rito social!; obviamente, no puedo colaborar en nada, salvo el asentamiento con mi cabeza acompañado de un “si querida”, ante el aviso y uso de su extensión de mi tarjeta de crédito.
Para mí, el verdadero invitado, solo es valido un traje de sobrio color oscuro; ¿un traje?, ¿yo?, con saco!, naaaaaaa!, va en contra de mis principios!, ¿es necesario degradarme a un vil y común hombre de saco?. Busco supuestos aliados entre mis compañeros, descartando que mi compadre mas que ponerse de mi lado, no encontrará saco que no le ajuste demasiado!, pero no fue así, como siempre falle en mis pronósticos; todos!, absolutamente todos los asistentes varones y alguna que otra mujer, usaban el típico saco multiuso!; es ese, en que se invierte una sola ves, normalmente para casamiento propio o de nuestros hijos, y se usa indistintamente en invierno o verano, fiesta o velorio, casamiento o bautismo, registro civil o iglesias católicas, día o noche, ciudad o a campo abierto con viento y tierra.
Desde el preciso instante que detecta, que su esposo es el único desubicado que no usa el típico atuendo social, le afloran viejos resentimientos, clásicos preestablecidos por abuelos y tatarabuelos, etc. y no escatima ofensas hacia mi persona, ni recitados de elementales principios psuedo sociales, con la sola intención de convencerme y convertirme en ser el peor y mas andrajoso indigente callejero.
Primero pensé que era una broma, una de sus acostumbradas formas de provocarme cuando la mata el aburrimiento, pero no!, realmente le molestaba verme distinto y sentado a su lado!; al punto de aseverar, que un pobre hombre casi lisiado, de mas de ochenta años, que caminaba a recibir su recordatorio de su paso como funcionario, apenas arrastrando sus pies, se veía mucho mejor que yo, solo porque usaba saco y pantalón del mismo color!.
Cuando la conversación o monólogo ya me hartaron, miré a mi alrededor buscando inspiración, recordando una vieja película de onda naturista, equiparando los 700 invitados varones a una colonia de pingüinos, y comenté con sorna:
_Me siento “una foca dorada”, una auténtica especie en vías de extinción, un elemento de colección!.
_¿Y que?.
Cuando en realidad, es mi alegre forma de amenguar la crueldad con que la madre naturaleza, esculpió mis rasgos faciales!.
Ofrezco Kombi VW con freezer. 30/05/2007
Con mi Maraca, ya van como tres inviernos que lidiamos en equiparar las temperaturas del habitáculo de motor a cabina de pasajeros, pero normalmente “ella”, como toda mujer, hace lo que se le antoja!. Normalmente, su sistema de calefacción funciona de maravillas en verano y acondiciona, por debajo de la temperatura ambiente, solo en invierno; es casi una norma tomada de las leyes de Murphy: el día mas frío del año, irremediablemente debo viajar en mi kombi por la noche; lo asombroso o escabroso, es sin lugar a dudas, que está muy bien diseñado el sistema de calefacción para un motor boxer refrigerado por aire, para soportar las bajas temperaturas de su Alemania natal; pero en inviernos por nuestra pampa húmeda, no es suficiente ni para adecuar el habitad de un oso polar; se entiende, el secreto sigue siendo la edad!, como todo viejo por mas que añore sus años jóvenes, cada día le cuesta mas levantar la temperatura ideal.
Por lo tanto, junto a mi Gallega, acabamos de romper un nuevo record, viajamos 100 kms. en el día de ayer con temperatura exterior de 3° e interior de –3°, con sensación térmica de –10°, equipados con abrigos para esquimales, espíritu de navegantes de un rompehielos, destino asumido de kamikazes; poniendo en practica su “danza del frío”, una rutina consistente en: colocar sus pies en valet, juntar sus manitas en su entre piernas, encoger sus hombros, poner cara de chupar limones con labios paspados y sacudiendo su abundante cabellera en variadas direcciones repetir la frase; “que friiiioooo”, no es divina?.
Ya superado la difícil y arriesgada prueba límite, ofrezco nuestra Kombi VW con freezer para: adiestramientos de grupos militares con bajos recursos en equipamiento; sadomasoquistas deseosos de explorar nuevos horizontes; religiosos pecadores con el deber de flagelarse para lavar sus culpas; a pesados amigos con el fin de festejar alguna despedida de soltero; cumplir alguna venganza con esos parientes que siempre viajan de prestado; esos exagerados de siempre que ambicionan demostrar su hombría, etc..
Sin más que ofrecer, que un verdadero motivo para sufrir, les dejo la siguiente paradoja: ¿que importancia tiene probar el hielo, para poder disfrutar el fuego?, (si, ya sé, no tiene nada que ver, es que mi cerebro aun no se recupera).
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